Eventualmente, Browning se convertiría en cantante de vaudeville, bailarín y comediante, ganando cierta notoriedad gracias a su interpretación de Mutt (quien era un personaje de la tira cómica “Mutt and Jeff”) en el show de burlesque, “The Whirl of Myth” (1913). Uno de sus antiguos compañeros de la época en la que participó en shows de vaudeville llamado Charles Murray, llevó a Browning a los Estudios Biograph de Nueva York, para participar en un par de comedias entre las que se encuentran “Scenting a Terrible Crime” (1913) y “Bill Joins the Band” (1913). En el lugar conocería al director D. W. Griffith, quien una vez que se convirtió en el jefe de producción de la Reliance and Majestic Company, se llevó a Browning a Hollywood en 1915. Una vez en Hollywood, Browning comenzó a trabajar detrás de las cámaras dirigiendo algunos cortos, como por ejemplo “The Lucky Transfer” (1915) y “The Electric Alarm” (1915), entre otros. Sin embargo, la nueva y prometedora carrera de Browning estuvo a punto de llegar a su fin de manera abrupta debido a una serie de actitudes autodestructivas del ahora director. Browning era un aficionado al alcohol y a los autos veloces. En junio de 1915, junto a un grupo de amigos se vio involucrado en un accidente automovilístico causado por el consumo de alcohol. Uno de los pasajeros, el actor cómico Elmer Booth, falleció en el lugar mientras que el también actor, George A. Seigmann, sufrió graves lesiones. Browning por su parte, sufrió laceraciones en su pierna derecha, en su rostro y en sus brazos, además de presentar algunas hemorragias internas.
Una vez que logró recuperarse, Griffith lo puso a trabajar como uno de sus asistentes en la cinta “Intolerance” (1916). Al año siguiente, en compañía del actor Wilfred Lucas codirigiría su primer largometraje titulado “Jim Bludso” (1917), el cual era un drama ambientado en la Guerra Civil norteamericana. Durante este periodo, Browning contraería matrimonio con Alice Wilson, una actriz que había conocido en sus tiempos como artista de vaudeville. El primer éxito comercial de Browning como director sería el drama “The Virgin of Stamboul” (1920), cinta la cual daría pie a una serie de película ambientadas en escenarios exóticos como por ejemplo “The Sheik” (1921), protagonizada por Rudolph Valentino. Lamentablemente para Browning, sus demonios personales y su alcoholismo pondrían nuevamente en peligro su carrera y su matrimonio. Entre 1923 y 1924, el director pasó a formar parte de la lista negra del estudio debido a sus problemas con el alcohol. Durante el periodo que le dieron para recuperarse, se esforzó por arreglar su relación con Alice, quien fue fundamental para su regreso.
En 1925, el productor de la MGM, Irving Thalberg, le asignaría a Browning la dirección de “The Unholy Three” (1925), un thriller acerca de un grupo de artistas de circo quienes protagonizan una serie de crímenes. La cinta estaba protagonizada por Lon Chaney, quien interpretaba a un ventrílocuo que se disfrazaba de mujer, y por Harry Earles, un enano que se hacía pasar por un bebé. Después de filmar “The Unholy Three”, Browning comenzó a utilizar de manera frecuente su experiencia en circos y carnavales a la hora de realizar sus trabajos, los cuales por lo general eran protagonizados por Lon Chaney, Lionel Barrymore, o por ambos. En “The Unknown" (1927) por ejemplo, un estafador (Chaney) se hace pasar por un lanzador de cuchillos manco en un circo. Sin embargo, eventualmente se convierte en víctima de su propia charada. En “The Show” (1927), John Gilbert interpreta a un empresario que es incriminado en un asesinato por el personaje interpretado por Lionel Barrymore. Por último, en “West of Zanzibar” (1928), Chaney interpreta a un mago que utiliza sus trucos para controlar a un tribu africana, con la cual pretende vengarse del hombre que le robó a su esposa (interpretado por Barrymore).
Fueron precisamente estas las cintas que posicionaron a Browning como uno de los mejores directores dentro del género del horror, estatus según algunos historiadores se debió en gran medida al talento de Chaney. Sin embargo, esto aún es tema de discusión entre los expertos, quienes tampoco niegan el talento del director. En 1927, Browning se asoció nuevamente con Chaney para explorar el mito del vampirismo en la cinta “London After Midnight” (de la cual no existen copias en la actualidad). En dicho film, Chaney interpreta a un detective que se disfraza de vampiro con el objetivo de atrapar a un misterioso asesino. Mientras seguía filmando películas para la MGM, el estudio decidió prestarle el director a la Universal para que filmara el thriller “Outside the Law” (1930). Los ejecutivos de la Universal quedaron tan encantados con su trabajo, que lo contrataron para filmar la adaptación cinematográfica de Drácula. Aunque Browning había pensado en Lon Chaney para interpretar al mítico vampiro, la salud del actor le impidió tomar el papel (de hecho, en 1930 Chaney fallecería a causa del cáncer a la garganta que lo afectaba). Después de una extensa búsqueda, el director contrató a Bela Lugosi (quien había interpretado a Drácula en la versión teatral de la historia) para el papel.
En aquel entonces, la Universal estaba experimentando algunos problemas financieros que dificultaron la labor de Browning. Sin embargo, de todas formas “Dracula” (1931) se convirtió en un éxito de taquilla, cuya recaudación salvó a la Universal de la bancarrota. El film además tiene el mérito de ser el causante de que la Universal siguiera produciendo cintas de terror, ejemplo que seguirían otros estudios. Pese al éxito de “Dracula”, probablemente la verdadera obra maestra del director sea la macabra “Freaks” (1932). La bizarra historia estaba protagonizada por un grupo de fenómenos de circo (como por ejemplo enanos entre los que se encontraban Harry y Daisy Earles, Martha la maravilla sin brazos, Cuu-Coo la mujer pájaro, el Príncipe Randian conocido como “el torso viviente”, y cinco mujeres cabeza de alfiler). El film relata como una bella trapecista contrae matrimonio con un enano para asesinarlo y quedarse con su dinero. En un acto de solidaridad y tras descubrir el plan de la mujer, los otros “fenómenos” deciden unirse e ir tras ella en una tenebrosa noche de tormenta.
La MGM, estudio que estaba a cargo de la producción de la película, temía la reacción del público ante una cinta que obviamente resultaría controversial. De hecho, una vez que fue estrenada, la crítica se dividió entre aquellos que pensaban que Browning había humanizado a los “fenómenos”, y aquellos que simplemente consideran que la cinta de frentón los explotaba. En gran medida el film se terminó realizando gracias al productor Irving Thalberg, quien le consiguió a Browning los medios para rodar el proyecto. Durante algunas de sus funciones, más de un espectador salió corriendo aterrado del teatro. Por este motivo, la MGM no tardó en retirarla de las salas de cine para luego estrenar una versión censurada. Pese al impacto que causó, “Freaks” no obtuvo los resultados de taquilla esperados, y recién en la década de los sesenta la cinta alcanzaría el estatus de film de culto y obra maestra que tanto se mereció en su momento. Luego del estreno de “Freaks”, Browning perdió gran parte de la libertad que gozaba hasta el momento. De hecho, la MGM como castigó lo obligó a dirigir la mediocre “Fast Workers” (1933), la cual estaba protagonizada por John Gilbert.
De todas maneras, Browning se las arreglaría para realizar algunas contribuciones más al género del horror. En 1935 filmaría un remake de “London After Midnight” titulado, “Mark of the Vampire”, en el cual el rol de Chaney sería interpretado por Bela Lugosi, Lionel Barrymore y Lionel Atwill. Al año siguiente filmaría “The Devil Doll” (1936), en la cual Lionel Barrymore interpreta a un criminal que tras escapar de una isla, buscará vengarse de los responsables de su encarcelamiento empequeñeciéndolos al tamaño de muñecos. El último trabajo como director de Browning sería “Miracles for Sale” (1939), una cinta de misterio que se desarrollaba en un escenario fantástico. Lamentablemente, las últimas obras del director suelen ser opacadas por “Dracula” y “Freaks”. Esto y el hecho de que los gustos del público a principios de los cuarenta estaban cambiando, llevó a Browning a retirarse tempranamente, a sabiendas de que su tiempo había pasado. Pasó el resto de su vida recluido, al punto de que cuando falleció su esposa en 1944, la prensa erróneamente publicó la muerte del director. En la década de los cincuenta, Browning desarrollaría un cáncer a la garganta que finalmente acabaría con su vida el 6 de octubre de 1962, cuando el director tenía 82 años de edad. A Tod Browning se le reconoce el mérito de haber sido uno de los responsables de la creación del género de terror en el cine. Y es que el director contribuyó con un buen número de producciones, entre las que se encuentran las diez cintas que filmó junto a Lon Chaney, la primera versión sonora de “Dracula”, y sus últimos trabajos en el cine donde obviamente se destaca “Freaks”. Como sucede con muchos directores, el legado de Tod Browning sólo sería reconocido tras su muerte, tras las exhibición de la “versión del director” de la cinta “Freaks” en el Festival de Venecia.
por Fantomas.