Curiosamente, la televisión replica hoy a nivel de toda la población el mismo desequilibrio que tanto lamentamos – al menos verbalmente – en la educación formal de las escuelas. Porque así como los colegios pagados ofrecen una mejor educación, la televisión pagada ofrece una mejor programación. Y el que no tiene dinero para pagar queda automáticamente en desventaja. Abundantes programas de excelente calidad sobre historia, obras de arte, adelantos científicos o la naturaleza, que ofrece el cable, no llegan justamente a quienes más los necesitan. Al 65% de la población que no tiene forma de acceder a ellos por otros medios.
Esos compatriotas que viven en poblaciones, aldeas o sectores rurales, sin la menor posibilidad de financiar estudios especiales, viajar o asistir a espectáculos de calidad, podrían entrar mañana mismo en contacto, gratis y en su propia casa gracias a la televisión abierta, con múltiples ámbitos de la cultura que hoy les están vedados. Porque para eso no se necesitan más medios, nuestra eterna excusa, ni tecnologías fuera de nuestro alcance. Basta una simple decisión política. La de utilizar la televisión, al menos la del Estado, para lo que fue creada».
Patricio Bañados
[Extracto de su columna TVN en la mesa del pellejo (12 de Abril de 2010)]
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