“Todas se han de amar”: memoria colectiva, escritura y resistencia en el Carmelo Reformado

Por Maria Jose Pérez González @BlogTeresa

“Todas se han de amar”: memoria colectiva, escritura y resistencia en el Carmelo Reformado es el sugestivo título del último número monográfico (18, 2024), coordinado por Ana Garriga y publicado por Studia Aurea. Revista de Literatura Española y Teoría Literaria del Renacimiento y Siglo de Oro. Dicha publicación está editada por la Universitat Autònoma de Barcelona y la Universitat de Girona.

A continuación, incluimos el resumen de los mismos y el enlace al texto completo, disponible en acceso abierto (Creative Commons Attribution 4.0 Unported License).

  • María Moya García. Fiestas y escritura conventual femenina en torno a la beatificación de Teresa de Jesús (1614). La beatificación de Teresa de Jesús culminó en un programa festivo sin precedentes, dispuesto por la Orden del Carmelo, del que son reflejo las relaciones de sucesos y los libros de la fiesta. Este estudio pretende demostrar el protagonismo que tuvieron los conventos femeninos en el desarrollo de unos festejos que resultaron clave para la Orden del Carmelo, por su importancia de cara al proceso de canonización. Se articula en torno a dos bloques: en primer lugar, se analizan los festejos organizados en los conventos femeninos, de los que tenemos noticia gracias a las relaciones escritas, en su mayoría, por los priores. A continuación, nos adentramos en el universo de la escritura conventual carmelita, dando cuenta de los textos escritos por las propias monjas, en forma de relaciones de sucesos y de poemas que concurrieron a los certámenes poéticos. Con todo ello, pretendemos poner de manifiesto el importante papel que desempeñaron las religiosas en el desarrollo de las fiestas y en la pervivencia de la memoria colectiva del Carmelo.
  • Elisabetta Marchetti. Tras la estela de Teresa de Jesús: Ana de la Ascensión, carmelita descalza en la Piacenza del siglo XVIII. A partir de la fundación del primer asentamiento de carmelitas descalzas en Génova (1590), la rápida difusión de los monasterios femeninos en Italia debe su fortuna a una cadena de mujeres fuertes  –mulieres fortes– que, a pesar de no haber conocido a la Madre directamente, adhirieron al carisma de Teresa y se convirtieron en sus testigos y portavoces. Las Vite de las fundadoras de los primeros asentamientos italianos -textos todavía en gran parte inéditos en los archivos de los monasterios testimonian cuánto escribían estas descalzas y cómo supieron crear y mantener comunidades cohesionadas en las que armonizaban el rigor, la amabilidad y la caridad recíproca. Es el caso de Ana de la Ascensión, fundadora de los monasterios de Parma (1623), Módena (1652) y Piacenza (1673), ciudades vinculadas a la vida de importantes familias del siglo XVIII. El manuscrito obra del carmelita P. Fulgenzio di San Giuseppe escrito entre 1680 y 1684 y titulado Vita della Venerabile Madre Anna dell’Ascensione, Carmelitana Scalza. Fondatrice dei Monasteri del suo Ordine in Parma, Modena e Piacenza Dedicato all’Altezza Serenissima di Maria d’Este Duchessa di Parma a Piacenza, de hecho, permite estudiar la vida y los escritos de una «verdadera hija de Teresa».
  • Elena Carrera. Soledad, enfermedad y discapacidad en España y América, 1530-1680Vigencia actual de los testimonios de una veinteañera y cuarentona inquieta (Teresa de Ávila), una viuda cincuentona (Marina Navas) y una esclava negra setentona (Esperanza). En la última década se ha estudiado la soledad como algo no deseado, que afecta a personas de todas las edades. Por ejemplo, en un artículo de la revista médica The Lancet de 2018 se afirmaba que la soledad es algo que sufren de forma severa uno de cada doce ciudadanos de sociedades industrializadas. Otro estudio publicado en Suecia en 2022 alertaba sobre el deterioro físico y mental que puede llegar a causar la soledad. En este artículo me propongo contrastar algunas de las formas de vivir la soledad que prevalecen hoy en día con el tipo de soledad que promovió Teresa de Jesús mediante su ejemplo, en sus conventos y en sus escritos, y con las formas de soledad deseada y no deseada de dos mujeres en el México colonial: la viuda y monja Marina de la Cruz (1536-1597) y una esclava negra llamada Esperanza (?-1679). Intento demostrar la vigencia y relevancia en la actualidad de estos testimonios históricos sobre cómo acostumbrarse a la soledad, evitar las “amistades particulares” y aprender a amar de forma incondicional.
  • Esther Borrego Gutiérrez. Escritura colectiva y memoria: un volumen misceláneo en el Carmelo de Santa Ana y San José de Madrid (siglos XVI-XVII). Este libro, verdadera joya bibliográfica conservada de manera insólita en el archivo del convento de Santa Ana y San José (prácticamente destruido en su totalidad en la Guerra Civil), contiene textos espirituales de sumo interés, algunos de reconocidas autoras de los inicios del Carmelo, como María de San José; glosas a Salmos de la Biblia; versiones de clásicos de nuestra literatura como la Subida del Monte Carmelo o el Cántico espiritual de San Juan de la Cruz, y una versión de la Oda a la vida retirada de Fray Luis de León; poesías de Teresa de Jesús con significativas variantes; poesías anónimas de alta calidad literaria; finalmente, no podía faltar el género teatral (o parateatral): el manuscrito contiene un diálogo jocoso entre varios personajes, un coloquio entre el alma y Dios, una fiesta teatral para una toma de hábito y hasta una loa para una comedia. El libro, cuyo contenido está prácticamente inédito, es una muestra original de escritura colectiva femenina, pues se ha compuesto de manera progresiva, por mano de diferentes autoras o copistas. En este trabajo tratamos de dilucidar las autorías y la datación, y de comprender esta compilación en el marco de persecución y resistencia de las primeras carmelitas tras la muerte de Teresa de Jesús.
  • Ana Martínez Muñoz. “Porque hablo con mis hermanas”: sororidad, interlocución y géneros literarios en la prosa de María de San José  El presente trabajo pretende abordar un análisis del conjunto de las obras en prosa de María de San José, discípula de Santa Teresa, a partir de un repaso exhaustivo de los títulos y de los testimonios conservados. Para ello, se propone una aproximación a su producción desde la perspectiva de la pragmática textual, que pone en el centro el concepto de sororidad; en tanto que, como nos proponemos demostrar, esta se constituye en origen y causa de buena parte de las elecciones discursivas que modulan su prosa. Así, partiendo del examen del contexto de creación que revelan sus textos, se establece una clasificación de sus obras que logra trascender los desajustes existentes entre la laxitud genérica de la escritura conventual y el canon literario del momento, poniendo de manifiesto constantes temáticas y formales en su pluma, que de otro modo pasarían inadvertidas. De entre ellas, descuella con fuerza el recurso a la interlocución y su predilección por el género del diálogo humanístico, elementos ambos que constituyen un trasunto retórico de la sororidad en la escritura de la carmelita.
  • Ana Garriga. «Desde entonces vive en mí el deseo de tener su santa vida y de que se escribiera»: cruces textuales en la biografía de la carmelita Juana de la Santísima Trinidad. Un manuscrito misceláneo de papeles carmelitas conservado en la Biblioteca Nacional de España (Ms. 8693) guarda, entre sus más de quinientos folios, la carta que Sor Isabel de la Trinidad, monja clarisa en Lerma, escribió a las carmelitas descalzas de Écija agradeciéndoles el envío de la biografía que habían compuesto de su abuela, Sor Juana de la Santísima Trinidad. Juana Hurtado de Mendoza y Enríquez, Duquesa de Béjar (1575-1653) profesó en el convento carmelitano de Sevilla tras enviudar en 1619 y años después emprendería la fundación del convento de San José de Écija. Los detalles de su vida nos han llegado gracias a una biografía anónima que, en 1663, compusieron sus hermanas carmelitas. El caso de Juana de la Santísima Trinidad ilumina las cartografías de intercambio que las monjas activaron a lo largo de los siglos xvi y xvii y que avanzaron, a menudo, por las riberas de los cauces masculinos de la transmisión del conocimiento. Aunque tipificada por los moldes hagiográficos de la época, la biografía de Juana de la Santísima Trinidad demuestra cómo las carmelitas de Écija supieron hacer de un ejercicio de escritura polifónica, una herramienta de pertenencia con la que situar su periférico convento andaluz en la historia mítica de la orden.