Por Alfredo Rosso
Harry Rundgren puede no haber sido el más afectuoso de los padres, pero lo que sí le dio a Todd fue una exposición a la música que iba más allá del mundo del pop. Además del rock inglés de primera generación, los gustos del joven Rundgren incluían la música clásica y también los hits de los musicales de Broadway. Todd pagó su derecho de piso como músico tocando en Money y Woody’s Truck Stop, dos conjuntos que no tuvieron mayor trascendencia. “Todd era muy diferente a los demás,” dice Paul Fishkin, por entonces mánager del último de los nombrados. “Todo el mundo tomaba drogas menos él. La gente no podía creerlo. Además, era muy ambicioso: todo lo que le interesaba era tocar. En las fiestas escolares, cuando los demás paraban entre set y set, Rundgren se quedaba tocando, zapando, haciendo solos...”
Araca la cana
Gracias a los auspicios de una disquería local que también los ayudó financieramente, The Nazz conoció a un promotor llamado John Kurland, que trabaja junto a los por entonces muy populares The Mamas and The Papas, y por su intermedio consiguieron un contrato con SGC Records, una subsidiaria del poderoso sello Atlantic. Nazz tocó su primer concierto en enero de 1968 y unos seis meses más tarde debutaban discográficamente con el single “Hello, it’s me”/”Open my eyes”, donde quedó en evidencia que la banda tenía un genio pop en bruto, que se sentía igualmente cómodo haciendo hard-rock y también deliciosas baladas. Con su riff inicial reminiscente del “Can’t Explain” de los Who y su furibundo solo de guitarra, “Open my eyes” se convirtió en un clásico de su época y fue más tarde incluído en esa definitiva colección de la psicodelia de garage llamada Nuggets. “Hello, it’s me” también tendría su momento de gloria, pero le llegaría más tarde, cuando Rundgren le cambió el arreglo y lo editó como solista en 1973. En el primer álbum del grupo, Nazz, publicado en agosto de 1968 las influencias de la psicodelia inglesa son evidentes. Hay riffs poderosos, depuradas armonías vocales y un original sentido del humor. Rundgren tenía clara la dirección: “queríamos combinar el genio de los Beatles en el estudio de grabación con la energía y el despliegue de los Who en el escenario.”Hacia fines del 68, Nazz viajó a Londres para comenzar a trabajar en su segundo álbum, que estaba pensado para ser un doble, con el título Fungo Bat. Por desgracia para ellos, sólo llegaron a completar un tema cuando se produjo un conflicto con el sindicato de músicos inglés y Rundgren y compañía se encontraron, de buenas a primeras, volviendo a casa. Una vez en Estados Unidos, Nazz se empezó a desintegrar. Los temas se grabaron pero el clima de las sesiones no fue amistoso. La idea del LP doble se descartó y en su lugar apareció un solo disco, imaginativamente titulado Nazz Nazz, en 1969. Parte del problema interno tuvo que ver con el material. Todd estaba cautivado por las canciones intimistas y reflexivas de la cantante Laura Nyro y su nuevo material escrito en esa vena, no contaba con el apoyo del resto.Para cuando salió el tercer álbum Nazz III (armado con sobrantes del disco anterior) en 1970, Rundgren se había ido hacía rato. Atrincherado en un departamento de Manhattan, rumiando su amargura por el fracaso comercial de Nazz, estuvo a punto de abandonar la música para dedicarse a las computadoras, pero un cambio de aire decidió su destino. Rundgren empezó a frecuentar la escena bohemia del Greenwich Village, a soltarse un poco más socialmente. Un conocido de los días de Nazz, Michael Friedman, lo recomendó a Albert Grossman, el poderoso mánager de Bob Dylan, Janis Joplin, Paul Butterfield y The Band. Avezado detector de talentos, Grossman encomendó a Rundgren la producción del tercer álbum de The Band, Stage Fright, primer eslabón importante de una cadena de producciones que incluiría, a lo largo de la década y media siguiente el debut de los New York Dolls; Straight Up, de Badfinger; We’re An American Band, de Grand Funk Railroad; el multiplatino Bat Out Of Hell, de Meatloaf, Wave, de Patti Smith y el muy alabado Skylarking, de XTC. Pero además de su probidad, el trabajo de productor puso de manifiesto la compleja, a menudo excéntrica personalidad de Rundgren. Los testimonios concuerdan en que Todd nunca tuvo paciencia para los músicos poco idóneos o que se tomaban demasiado tiempo para grabar sus partes, y que no tenía ambajes en decirles lo que pensaba de ellos en sus propias caras.
Un mapa cerebral
La utopía y el hermitaño
Pero no sólo la música había cambiado. La preocupación de las antiguas letras de Rundgren estaba centrada en las cuestiones románticas mientras que ahora su prosa era mucho más esotérica, reflejando las ideas arcanas y las teorías que absorbía leyendo libros sobre misticismo y filosofías orientales. “Aunque nunca adopté una filosofía en particular,” dice Todd, “seguía el hilo de cualquier teoría que estuviese en sintonía con las cosas que estaba experimentando. Así, esos conceptos se integraron a mi cosmología personal y a mi música.” Una vez más, Rundgren iba a contramano de los tiempos: mientras los primeros ecos del punk pugnaban por derribar el edificio del rock sinfónico, Utopia salía de gira con un escenario construído alrededor de una pirámide de 15 metros de altura y una esfinge gigante dorada que echaba rayos laser por la frente. Fiel a su convicción de no ser encasillado, Todd también tuvo tiempo de hacer una gira nacional de bajo perfil, tocando en pequeños clubes, algo que fue documentado en el álbum doble Back to the Bars, de 1978, una especie de Grandes Exitos en vivo.A todo esto, si bien Rundgren continuaba con sus trabajos de productor, empezaba a pasar más y más tiempo en la casa que se había comprado en Mink Hollow, cerca de Woodstock, estado de New York. La relación con su mujer, Bebe Buell, tampoco atravesaba por un período álgido. “Todd estaba bajo mucha presión”, dice Bebe, “su candor infantil ya no era el mismo. Sentí que se volvía más duro y perdía algo de su sensibilidad.”En marzo de 1978 apareció un álbum cuyo título resumía muy bien la actualidad de su creador, The Hermit of Mink Hollow (El hermitaño...). Este retorno a las composiciones melódicas incluyó un puñado de clásicos sobre corazones rotos, como “Too far gone”, “Hurting for you” y el último de sus grandes hits, “Can we still be friends”, que alcanzó el 29° lugar en julio de ese año. Utopia, entretanto, había recogido el guante de la new wave, haciendo una serie de discos de estructura más simple y canciones más cortas. Oops, Wrong Planet, del 77, retomaba el rumbo pop, aunque conservaba un hilo conceptual centrado en una especie de Armagedón interplanetario. Esta orientación más simple y directa se reflejaba también en Adventures in Utopia, de 1980 y en el LP individual Deface The Music, una parodia/homenaje a la música de los Beatles.A partir de la década siguiente, Todd Rundgren comenzó a dedicar más tiempo y mayor energía a los desarrollos tecnológicos que a su propia música. Abrió Utopia Video Studios, su propia empresa de producción de videos, retomó las labores de producción de otros artistas, y se especializó en el campo de la computación relacionada con audio e imágenes. No obstante, siguió grabando bajo su nombre y tomando al mundo musical por sorpresa con trabajos como Healing (1981), testimonio de su búsqueda espiritual; A Capella (1985) donde la instrumentación es casi únicamente su voz, procesada de diversas formas; Nearly Human (1989), un retorno al soul de Philadelphia de sus comienzos, y With A Twist (1997), donde vuelve a visitar varios de sus viejos clásicos hechos, esta vez, en formato de lounge/samba. With a Twist incluye una versión de “Influenza”, el tema que eligió Charly García no solamente para cubrir en castellano, sino también para titular su último álbum. (Aunque la traducción literal de “influenza” es “gripe” y no “influencia”).
10 Clásicos de Todd Rundgren
“Open my eyes” – Nazz (Nazz, 1968)
“We gotta get you a woman” – Runt (Runt, 1970)
“Wailing wall” – Runt (The Ballad of Todd Rundgren, 1971)
“I saw the light” – Todd Rundgren (Something/Anything?, 1972)
“Hello, it’s me” – Todd Rundgren (Something/Anything?, 1972)
“Zen archer” – Todd Rundgren (A Wizard, A True Star, 1973)
“Love of the common man” – Todd Rundgren (Faithfull, 1976)
“Love in action” – Utopia (Oops! Wrong Planet, 1977)
“Can we still be friends” – Todd Rundgren (The Hermit of Mink Hollow, 1978)
“Influenza” – Todd Rundgren (With a Twist, 1997)
Alfredo Rosso