Es probable que esta reflexión la haya hecho ya un montón de veces, porque se repiten las historias, como se repite la música, lo mismo que se repiten la mayor parte de las cosas. Lo que podríamos reinventar nosotros en señal de homenaje a los creadores verdaderos, a las generaciones que pasaron antes y no para vanagloria nuestra que no es seguro que de inventores tengamos mucho.
Ahora, en la individualización tan viral que ha tomado este asunto tan pasajero y rutinario de vivir, buscamos en momentos de lucidez, dar un paso seguro para salir de esa recalcitrante soledad a la que cada vez vamos más decididos.
Que sepamos, aquí no hay nada seguro. En un segundo vas de la risa al dolor más intenso. Puedes perderlo todo en un momento y es triste que sólo de esa forma comprendamos las escasas maniobras que la vida te permite hacer, la angustia vital de quienes piden (porque lo necesitan de verdad y no están al servicio de una mafia), para sobrevivir, para respirar una hora más, siendo tan incierta y perecedera la hora siguiente.
© De la sección: "La Madeja", en Diario Palentino, 2016
Froilán De Lózar
Escritor y Publicista
Premio de periodismo "Ciudad de Palencia". II Premio Internacional de Poesía Diego de Losada (Zamora). Premio Nacional de Novela Corta "La Tribuna de Castilla" (Valladolid), 1998.