Todó consolida su control sobre la nueva Caixa Catalunya a la que le está costando mejorar sus márgenes

La cuarta caja de ahorros española es, desde el pasado primero de julio, la catalana Catalunya-Tarragona-Manresa, medido en activos totales (79.326 millones de euros), pero en términos de margen de negocio se sitúa en tercer lugar (1.549 millones), por delante de Bancaja.
Ayer realizó su primer acto público donde los ya expresidentes de las tres cajas fusionadas (Narcis Serra, Gabriel Ferraté y Manel Rosell) comparecieron en rueda de prensa junto al que se ha convertido en el hombre fuerte de la entidad, su director general, Adolf Todó, que tiene una muy clara idea de cómo debe ser la ‘caixa’ en el futuro si quiere sobrevivir. Para ello va a ejecutar un ambicioso plan estratégico, a cinco años, con la intención que su entidad sea en 2015 la mayor caja dedicada exclusivamente al negocio de banca minorista. En este sentido, Todó descarta cualquier otro tipo de actividad relevante, centrándose en ese foco. Ha decidido que venderá “en el mejor momento” todas las participaciones financieras que posee (1,63% de Repsol YPF, el 1,62% de Gas Natural Fenosa, el 0,36% de Abertis, el 7,76% de Applus y el 20% de Cedinsa aunque esta última es más estratégica al ser una concesionaria de autopistas con peajes en sombra). Esta cartera tiene actualmente unas plusvalías latentes por valor de 50 millones sobre un monto total de 675 millones. No parece que sea el mejor momento para desprenderse de ellas.
Todó recordó que la entidad va a seguir caminando por la misma travesía del desierto de los últimos tiempos. Los resultados de 2010 serán peores que los de 2009 a pesar de que los resultados del primer semestre “serán ligeramente mejores de lo esperado”. Su core capital (5,9%) y solvencia (8%) van a seguir prácticamente igual en 2010. La previsión es alcanzar el 8% y el 12% respectivamente en 2015 y la mejoría se obtendría en los últimos años. Otro dato de la difícil situación es la reducción de la dotación para la Obra Social en 2010 hasta los 38 millones, un tercio menos en comparación con las dotaciones agregadas de las cajas fusionadas en 2009 aunque de momento se mantendrán las líneas de actividad gracias al uso de las reservas acumuladas.
Aún no hay marca
Como se puede observar a lo largo de esta información la recién estrenada entidad aún no cuenta con una nueva marca, a diferencia de otras fusiones que lanzaron su nueva denominación prontamente. Esta situación es debido a que en el seno del consejo de administración hay algunas discrepancias minoritarias sobre la conveniencia de hacer desaparecer definitivamente el término ‘Catalunya’ o recuperarlo, en contra de lo establecido en el protocolo de fusión. Todó es partidario de no dilapidar ese patrimonio de reconocimiento de marca que ha posicionado a la entidad a nivel internacional. Sin duda habrá nuevo logotipo, tipografía y colores (probablemente el verde tierra) lo cual daría finalmente una nueva imagen a la renacida ‘Catalunya’.
En función de cuál acabe siendo la decisión sobre la marca se visualizará el poder (también de convicción) que Todó va asumiendo en la nueva entidad. La naciente imagen está ya plenamente desarrollada y su conocimiento público resta pendiente de la decisión definitiva sobre cuál será el acrónimo que definirá la marca (existen dos alternativas), que se tomará antes del 27 de julio, día de celebración de la asamblea general, en Tarragona.
Pero no será hasta el 16 de noviembre que no se cerrará el proceso de transición y de constitución de la nueva entidad, con la elección de una nueva asamblea general (que no junta de accionistas) mucho más reducida (160 miembros) de los cuales deberá salir el nuevo presidente.