Es este el caso de It’s Always Sunny in Philadelphia, que se encuentra ahora mismo en su décima temporada y regalándonos tantas risas o más que en sus primeros momentos. Y siendo aún capaces de sorprendernos cuando creíamos que a estas alturas ya no iba a ser posible.
Sí, It’s Always Sunny in Philadelphia es, a pesar de que a unos cuantos probablemente les sorprenda, una serie. Una serie que se encuentra en emisión. Y una serie que se encuentra en emisión desde hace casi diez años. Porque sí, para unos cuantos esto será sorprendente. Por la simple razón de que es una de esas series que, aunque tenga unos cuantos fans (más de los que parece) que no nos cansamos de alabarla, sigue pasando relativamente desapercibida. Especialmente teniendo en cuenta de que debería colarse sin problemas en todas las listas de las mejores comedias.
Y como la serie es tan consciente de ello, son siempre capaces de aprovecharlo al máximo y ser tremendamente brutos y hacernos reír a carcajadas en todos sus episodios. No hay tema que no se atrevan a tocar, siempre de la manera más bruta, equivocada y al mismo tiempo tremendamente acertada.
Algo que no sólo ocurre con los chistes y la serie en sí, sino con todos sus personajes. Resulta muy raro que una serie con tanto tiempo consiga que todos sus personajes funcionen a la perfección, pero eso es lo que ocurre aquí. Y justamente esa es la razón por la que el ranking de los personajes de la serie sea tan distinto dependiendo de a quién preguntes. O incluso de cuándo preguntes. Personalmente, tengo debilidad por Dennis, con un Glenn Howerton que brilla cada vez que el personaje saca a la superficie su sociopatía rampante (algo que, por supuesto, ocurre constantemente), pero no se quedan muy lejos Dee o Charlie, con unos cuantos momentos también para Mac. Sin menospreciar tampoco a Frank, que, aunque en general me haga menos gracia que el resto, sigue estando muy por encima de la media.
Así que desde aquí lo único que puedo hacer es seguir con mi misión de intentar conseguir que todo el mundo le dé una oportunidad a esta genialidad. Porque sí, son diez temporadas y eso puede dar un poco de pereza de entrada. Pero en cuanto los conozcáis, os daréis cuenta de que diez temporadas no son suficientes. De que es necesario que los chicos de Philadelphia estén en nuestras vidas siempre. Porque sin ellos, todo sería mucho peor.