Todo esto huele muy mal

Publicado el 17 octubre 2013 por Catalega @Catalega
Ayer se conocía la decisión adoptada por la Sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida por el Magistrado Alfonso Guevara y actuando como ponente el Magistrado Sr. Díaz Delgado, en relación al conocido como ‘Caso Faisán’, por el que se juzgaba el chivatazo a ETA. Y la Sentencia no podía ser más triste. En la misma se condena al ex jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies y al inspector jefe José María Ballesteros a un año y medio de prisión y cuatro años de inhabilitación por el soplo a ETA que se produjo el 4 de mayo de 2006 en el bar Faisán; absolviendo a estos del delito de colaboración con banda armada al justificar que el chivatazo se produjo después de que el Congreso de los Diputados el 17 de mayo de 2005 autorizase al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a negociar con la banda terrorista. Ahí queda eso. Y es que la Audiencia Nacional justifica esta actitud de los funcionarios de policía, argumentando que esta actitud “fue guiada por la finalidad dentro del concepto de acción final, de que no se pudiera entorpecer el proceso que estaba en marcha para lograr el cese de la actividad de ETA", sí, lo que han leído. La Audiencia Nacional justifica el chivatazo a ETA consecuencia de una decisión política de los propios policías que, por su cuenta y riesgo y erigiéndose en salva patrias, informaron al dueño del bar Faisán sobre la operación policial contra la estructura de recaudación de ETA, con la finalidad de no perjudicar el mal llamado “proceso de paz” iniciado por Zapatero. ¿Quién se lo cree? Porque yo no me lo creo, pero es que las víctimas tampoco se lo creen y menos aún los sindicatos policiales. ¿Y qué hace el Partido Popular? Ahora parece que poco. Pero ha sido acusación particular en este caso y, en su momento, hicieron bandera de este asunto, sometiendo al Sr. Pérez Rubalcaba a preguntas sobre estos hechos en todas las sesiones de control al Gobierno. No obstante, fue llegar al Gobierno y guardar este tema en un cajón. Y es que todo esto huele muy mal.