“Ha sido el partido más complicado lejos del Bernabeu este año. Hemos sufrido una barbaridad, pero defendimos bien y sacamos tres puntos vitales”. Las palabras pronunciadas por Iker Casillas reflejaron perfectamente cuales fueron las sensaciones que invadieron al Real Madrid en su encuentro de este domingo ante el Rayo Vallecano.
Finalmente la lógica se impuso y con poco merecimiento y mucha suerte el lider de la Liga española obtuvo los tres puntos, aunque para lograrlo tuvo que esforzarse muchísimo más de lo esperado.
Siempre efectivo cuando la oportunidad se presenta, el Madrid hizo realmente poco para obtener la victoria. No obstante la obtuvo y mediante un gol magistral y fuera de contexto, que aunque no maquilló en nada la deslucida actuacion del equipo sirvió para sentar nuevamente las bases de un liderazgo al que nada ni nadie parece poder quebrantar.
El Rayo, un once al que define el arrojo, la ambicion, el atrevimiento y por sobre todas las cosas el buen juego, hizo todo bien. Todo, salvo el gol, el cual rozó antes y después del tanto madridista en ocasiones bien claras pero no pudo materializar por falta de acierto en algunos casos y por intervenciones extraordinarias de Casillas en otros.
Pasó lo contrario del lado opuesto, como ya hemos señalado. Mourinho alineó de entrada a Kaká y la apuesta no le trajo dividendos de ningun tipo, ya que el brasileño fue incapaz de tomar contacto con el balón y transformarse en eje. Tampoco lo hizo Xabi Alonso, asfixiado por la marca. Y menos aun Mezut Özil, absolutamente ausente.
Así las cosas, las únicas respuestas que entregó el Madrid vinieron una vez más de los pies de Cristiano Ronaldo, quien consciente de lo importante que era el encuentro fue, además del único en exiguir al arquero Joel, el autor de esa obra maestra (54 min.) que al equipo le permitió ganar uno de esos duelos a los que comunmente se suele denominar bisagra.
En esta oportunidad, la misma no fue ni un cabezazo, ni un bombazo desde afuera del área, ni un potente y orientado tiro libre, sino un delicioso taco, recurso poco utilizado para definir, pero al que el portugués apeló por encontrarse apremiado y de espaldas al arco.
La improvisación valió un triunfo, que además de ser injusto estuvo salpicado por el bochornoso desempeño del arbitro Fernández Borbalán, quien no cobró penal para el Rayo ni expulsó a Sergio Ramos (le propinó un codazo a Diego Costa) a los 20 minutos y si le mostró injustamente la roja a Michu, ya sobre el final.
Acostumbrado a ganar sin jugar del todo bien, el Real Madrid se llevó un triunfazo de Vallecas. Valorable por haber sido en un estadio complicado, pero más aun por la dificultades en las que lo puso el Rayo. Lo dijo Casillas y después lo ratificó Mourinho, quien antes de criticar a la afición blanca expresó: “El Rayo no mereció la derrota y sólo espero que de aquí al final siga este campeonato fantástico. Con 0-0 al descanso estábamos más cerca de perder que de ganar. Este entrenador (por José Ramón Sandoval) me gusta mucho”. Todo lo cambió una genialidad.