Un papa jesuita, Jorge Mario Bergoglio arzobispo de Buenos Aires. Papa hispano, primer Vicario de Jesucristo sudamericano, un hombre que destaca por su humildad y gran sencillez. Es el Sumo Pontífice 266 de la historia. Será conocido por el nombre de Francisco I. Bergoglio nace el 17 de diciembre de 1937. Graduado en ingeniería química. El 11 de marzo de 1958 se ordena sacerdote en la Compañía de Jesús. Licenciado en Filosofía, continúa estudios de Humanidades en Chile.
Fue nombrado obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires por Juan Pablo II, en 1992. En febrero de 2001 se convierte en cardenal. El nuevo sucesor de San Pedro ha sido elegido en la segunda jornada del cónclave cardenalicio, después de cinco votaciones. Desde 2005 a 2011 fue Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
La bendición “urbe et orbi” marca una nueva modalidad de papado. Sus gestos delatan pulcritud, limpieza. Muestra una forma nueva de entender la religión. Un Pastor Universal cercano al pueblo, creador de nuevos mimbres de la Iglesia. Es un jesuita, pastor de la Iglesia de Roma. Congregación que se caracteriza por la austeridad. Acérrimo defensor de los pobres, paseaba por las barriadas y acudía en transporte público para visitar a los enfermos en sus casas. No vivía en el Palacio Arzobispal de BB.AA., sino en un piso normal y corriente. Estas anécdotas se traducen en el vestuario elegido para su presentación al mundo como auriga que dirige la barca de Pedro.
En su época de cardenal defendía los valores de la familia, llegando a polemizar con Cristina Fernández Kirchner por el matrimonio homosexual y el aborto. Se le intentó desacreditar politicamente y no encontraron nada. Es un hombre de una integridad sobresaliente. De ideología conservadora, no toca ningún punto de la Teología de la Liberación. Es una buena noticia para el país de Borges, ya que Francisco I podrá ayudar a destensar y bajar el pistón del autoritarismo Kirchnerista. Tal vez, tras el fallecimiento de Chávez y el nuevo nombramiento papal, Sudamérica pueda emerger hacia fórmulas más democráticas, como hizo durante el papado de Juan Pablo II en la década de los ochenta. No conviene subestimar el poder de influencia del prelado.
La Compañía de Jesús no siempre fue bien recibida dentro de la Iglesia. Sirvió a la Contrarreforma y fue expulsada de España. Cabe destacar su vocación misionera y por su apuesta por la educación. San Ignacio de Loyola crea esta institución bajo el lema “Ad maiorem Dei gloriam” (A mayor gloria de Dios) y desde hace quinientos años practican una espiritualidad refinada. Ayudó a extender el catolicismo al Nuevo Mundo, al tiempo que pierde influencia desde la Contrarreforma.
Es una organización que ha levantado sospechas dentro del seno de la Iglesia Católica por su enorme influencia pues, ante todo, los jesuitas son expertos en modelar la inteligencia al compás de los tiempos. Su estilo está muy próximo al de los protestantes, sobre todo en la ética del trabajo, en la sobriedad y en la humildad.
En definitiva, se abre un camino de esperanza para la Iglesia, desde Roma se puede redirigir el mundo, poniendo el acento en los pobres, en los valores. Francisco I jugará un papel importante, además del camino que le ha despejado Benedicto XVI. El catolicismo dispone de una oportunidad de oro para establecer puentes con los continentes menos favorecidos y hacer de este mundo un lugar mejor. El sucesor de Pedro tiene por delante una labor inmensa de evangelización, progreso y paz.
Referencias:
- Historia de los Papas . José Apeles Santolaria.
- Los cuervos del Vaticano. Eric Frattini