Todo lo que es tiende a ser infinitamente mientras no se le oponga su contrario. Ningún ser tiende a su propia nada. Si el fuego no encontrara resistencia y tuviera qué quemar, lo quemaría todo; si ningún impedimento detuviera al agua, lo anegaría todo. De la misma manera, si el universo careciera de opuesto se expandiría en una extensión de tiempo infinita. Por ello perpetúa su existencia en el futuro, pues desde que empieza a existir nada se le opone. Sin embargo, del hecho de que el universo no retroceda en el pasado infinitamente, dado que el intervalo de tiempo transcurrido desde que dio comienzo hasta ahora es finito, debemos inferir que tiene un opuesto. Si el mundo es extenso y temporal, su opuesto es lo inextenso e intemporal.
Todo lo que es tiende a ser infinitamente mientras no se le oponga su contrario. Ningún ser tiende a su propia nada. Si el fuego no encontrara resistencia y tuviera qué quemar, lo quemaría todo; si ningún impedimento detuviera al agua, lo anegaría todo. De la misma manera, si el universo careciera de opuesto se expandiría en una extensión de tiempo infinita. Por ello perpetúa su existencia en el futuro, pues desde que empieza a existir nada se le opone. Sin embargo, del hecho de que el universo no retroceda en el pasado infinitamente, dado que el intervalo de tiempo transcurrido desde que dio comienzo hasta ahora es finito, debemos inferir que tiene un opuesto. Si el mundo es extenso y temporal, su opuesto es lo inextenso e intemporal.