Netflix ha estrenado recientemente Altered Carbon, su nueva serie de ciencia-ficción que prometía ser de lo más intensita y descubrirnos un mundo futurista complejo y fascinante. ¿Y lo ha hecho? Pues... a medias. La serie está bien. No voy a decir que sea mala, porque hay que ser comedido y proporcionado con las críticas en esta vida, y lo cierto es que Altered Carbon tiene puntos de interés que merece la pena comentar. Pero no menos cierto es que lo nuevo de Netflix peca de algo que es incluso peor que ser mala... y es que te deja indiferente.
No sé qué opinaréis vosotros, pero yo estoy realmente cansado del arquetipo de protagonista que presenta Altered Carbon. Parece que este tipo de historias siempre tengan que requerir de un hombre blanco atormentado de mediana edad, muy macizo –aunque de eso no me quejo–, que vive permanentemente con el ceño fruncido y ha perdido un gran amor. Y él, por supuesto, es especial. MUY especial. El único en el universo de su condición. Altered Carbon nos está restregando en la cara a cada minuto lo increíble que es, lo épica que es la historia. Pero yo, por un protagonista que es un cliché andante, mil veces visto, no puedo sentir demasiado interés.
Este es el mediocre punto de partida de Altered Carbon. Pero se podría perdonar; yo entiendo que Netflix no vive del amor al arte, y que toda serie quiere tener éxito y llegar al mayor número de espectadores posible. Y como parece que hay consenso internacional para que todos y todas podamos sentirnos identificados con el blanco hetero con actitudes super masculinas de siempre, pues no hay problema. Se acepta al protagonista insulso, y a otra cosa. Pero yo no perdono, porque el conjunto de la serie no es lo suficientemente potente ni interesante como para mantenerte enganchado.
Altered Carbon, como decía, tiene puntos que merece la pena aplaudir. Plantea un mundo denso y atractivo en el que los seres humanos han logrado vencer a la muerte, y los más ricos se han convertido en seres literalmente inmortales. La ambientación, aunque demasiado fría para mi gusto, te sumerge bien en este futuro perturbador. El problema, por desgracia, es que no logra ser lo suficientemente atractivo. La serie se esfuerza todo el tiempo por ser solemne y grandilocuente, pero lo que presenta no es ni tan complejo ni tan novedoso, por lo que termina resultando tediosa. Los diálogos adolecen de falta de ingenio y necesitarían muchísimo más humor para aliviar la carga excesiva de pomposidad.
Y aun así y con todo, Altered Carbon sigue sin ser mala serie. Tiene buen elenco, acción y la chispa suficiente como para resultar aceptablemente entretenida. Pero nada más. No es transgresora, polémica, audaz ni particularmente interesante. No me deja con ganas de seguir el siguiente episodio, por más que lo intente. Y quizá eso sea hoy en día, con tantas apuestas rompedoras y fascinantes, lo peor que le pueda pasar a una serie... no generar impacto ni dejar huella. Ni para bien, ni para mal.
Isidro López (@Drolope)