Hay ocasiones en las que pese a tu propia oposición, instintos y voluntad, debes actuar de forma radical. Tomar caminos alternativos que te alejen o te ayuden, más bien, a alejarte definitivamente de aquello que te está hundiendo para poder seguir construyendo.
No suelen ser decisiones obviamente fáciles de llevar a cabo, más has de dejar que la razón hable y calle el corazón. De otra forma no hay escapatoria posible ante la espiral en la que una y otra vez te retuerces.
Lastima, asusta el acto, encoge el alma, pues aunque sin contar con la certeza absoluta de tu mano y con tus sentimientos en carne viva, sabes que debes seguir en la hazaña.
Hace poco en una conversación, alguien a quién escucho y de quién constantemente aprendo, dijo que "cuando hace viento se limpia la atmósfera dejando ver el sol con más claridad".
Ante seguir dilatando la espera, ideando escenarios fantásticos y cenas con perdices, lo mejor es tomar las riendas a la atmósfera y cortar lazos que solo provocan dolor, vacío ... Indiferencia
Y el sol, volverá a brillar porque …
"todo pasa"hasta la ventura dada