No es la primera vez que ocurre, ya saben, lo del devaneo prostibulero y las idas de olla sexuales. Tiger woods sin ir más lejos y como caso más mediático, ha sido protagonista en los últimos meses por sus continuas y publicas experiencias out-marriage, algo que le ha costado la pérdida de numerosos sponsors amén del pisoteo de su imagen pública, hasta la fecha, impoluta e inmaculada.
No voy de puritano por la vida, que conste. Siempre he pensado que cada cual con su vida puede hacer lo que le de la real gana. Al fin y al cabo, la promiscuidad por parte del hombre o la mujer, es bien o mal valorada en función de la educación que se nos da desde niños. Sin embargo en el caso de personajes públicos y sobretodo deportistas, que no dejan de ser modelos a seguir por nuestros chavales, el caso adquiere otra dimensión. Aunque son personas por encima de todo y tienen derecho a equivocarse, la reprimenda pública y el peso de la justicia deben existir hasta las últimas consecuencias. Es el precio que deben pagar por ser lo que son y por vivir como viven.