Nunca he sido un aficionado serio de la música, así que no eché de menos la partida de John Lennon, en aquellos años la prensa y revistas ayudaron a que lo considerara un ídolo fuera de serie, las canciones que más me gustaban en ese año fueron las de su último disco.
No sopesé tampoco el alcance de un desquiciado mental, quien sin motivo aparente lo acribilló a balazos. Supe que un tal Mark Chapman -el sonriente de la foto de arriba- era esa persona y que lo habían atrapado, el apellido me resultó hasta cierto punto familiar pues en Los Mochis había -o hay- un motel Chapman, supongo que a partir de ese día el nombre fue mala publicidad para ellos.
En el año 2000 este criminal solicitó su libertad condicional y me alegro que se le negara, hoy leo que casi 30 años después de su fechoría se le ha vuelto a negar la libertad, es ya un adulto mayor que no tiene cabida fuera de la cárcel, ¿para que demonios quiere salir? Además el mensaje que se le manda a este tipo de personas es que un momento de locura como el que este tuvo les costará toda su vida en la cárcel.
Así que Mark, aprende meditación, yoga o lo que se te ocurra en el reclusorio de Aticca, te quedan varios años más por allí, vaya manera de echar a perder tu vida y quitarle la misma a una persona que ‘su culpa’ fue ser exitoso en el mundo de la música.