Revista Cine

"Todo saldrá bien"..., de Miguel Bilbatua a Carlos Boyero

Publicado el 30 julio 2015 por Alfonso65 @AlfonRoldan
Aquellas avanzadas tardes de  1989 ó 1990, Miguel Bilbatua rondaba por la redacción de Mundo Obrero, que para eso era el director. Entre las máquinas de escribir recuperaba los periódicos con unas informaciones que a esa hora ya agonizaban. Yo le observaba. Bilbatua; un comunista como la copa de un pino, un profundo intelectual; leía los horóscopos. Bilbatua, nacido en Getxo, se relacionaba muy a la bizkaina. Yo era muy joven y él se reía conmigo. Yo le discutía mucho, pero le respetaba. Y él a mí. Él, en esa época, tenía la edad que yo tengo ahora. Pero antes el respeto era una cosa seria, sobre todo en la cultura comunista. Así que un día le espeté: “¿Pero qué haces leyendo el horóscopo y a estas horas?” Y él, muy a la bizkaina, me respondió: “pues viendo a ver si han acertado”. Y ¡caramba! Ahora me descubro haciendo lo mismo con el horóscopo, pero también con las críticas de cine. Leo a toro pasado y decido “ha acertado, o no ha acertado”.
Pues bien. El otro día no lo hice así. Por culpa del debate sobre la página web “Versión Original” del Ayuntamiento de Madrid, leí la crítica de Carlos Boyero sobre Todo saldrá bien de Win Wenders. A mí no me gustan las críticas con palabras gruesas. Por eso, cuando leo a Boyero escribir sobre una película que no le agrada, desprecio esa crítica que no es otra cosa que la opinión de un tipo que lo mismo se ha metido en el cine con sueño, con hambre, tenso por cualquier historia…
Es más, creo que los críticos tendrían que adjuntar una ficha técnica explicativa sobre el estado en que han visto la película: a la hora de la siesta después de comer con vino y copa, por la mañana sin desayunar, después de que les haya dejado la pareja…, y tal y tal. Que todos somos humanos.
Es decir, no sabemos en qué estado escribe Boyero en primera persona: “todo me suena a repetición, manierismo, afectación, seudolírica. Acabo harto de sus repetidos argumentos…” O “me resulta cargante, aburrido, hueco detrás de sus pretensiones, con una desesperación de plástico…” O “lo que pretende ser sutil resulta soso. Y además, la protagoniza James Franco, actor muy de moda al que me resulta imposible cogerle el punto…” Además, como El País ya no tiene correctores, de repente surge una subordinada sin sentido: “Ni los enigmas del profundo mundo interior de su personaje”. Lo mismo es que sin correctores, Boyero pierde el norte y puede terminar resultando cargante, aburrido, hueco detrás de sus pretensiones. Incluso soso.
Seguro que para muchas personas Todo saldrá bien es un tostón. A mí me gustó quizá porque la vi en el momento adecuado. Me gustó en primera persona porque me conmovió desde que un suceso tremendo me llevó a un shock que me acompañó durante toda el metraje. Con el tiempo, la tragedia evoluciona a drama en los escenarios exactos, con personajes imprescindibles, con un tiempo narrativo lento porque la historia vive en el interior de los personajes. Y ,la vida, la muerte, el amor, el desamor, están ahí. Y con todo ello, nadie puede negar que es una película trabajada, mimada con unos planos enormes, con secuencias imposibles.
La cabeza de un escritor debe ser un poco caótica ¿Imagina las historias?, ¿las vive? ¿las busca?, ¿las roba? ¿mezcla todo? Encantado de defender esta película con quien sea. 


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