Hacia muuuuchos años que no disfrutaba tanto en nochevieja. Con los amigos. Con los de verdad. Bebiendo, hablando y pasándolo muy bien.
Ya ha terminado el año nuevo japonés con la llegada de este lunes, 7 de enero. Ayer domingo, se podía ver unalínea Chuo sobrecargada. Ya no estaba casi vacía como la última semana. En la estación de Tokyo, era llegar el tren, vaciarse y llenarse a los topes en 10 segundos.
Gente llegando con maletas. Mujeres cargadas con sus bebés. Gente que el domingo iba vestida con chandal, abrigos de frio pero que hoy lunes irá de traje y corbata.
Twitter se vuelve a llenar con gente escribiendo algo más que mensajes con fotos de los turrones que se metía entre pecho y espalda, y los regalos que recibía de amigos y familiares. Ya empiezan a quejarse porque hay que ir a trabajar.
Las calles, desde mi habitación, se escuchan ocupadas. Ya no hay ese silencio post-apocaliptico de estos días. Cada día ya no es como domingo de agosto español. Todo vuelve a la normalidad, y como no normalidad fiestera, os pongo unas fotos de estos días.
Durante el año nuevo japonés, en Japón pasan muchas cosas. Algunas de ellas en Tokyo las podeis ver en las siguientes fotografías.
Rebajas en Shibuya. El mejor momento del año para comprar ropa a 20% y 50% de descuento. Las tiendas no saben como deshacerse del material que les sobra, y aprovechan los primeros días de enero para vender su stock.
Todo el mundo va a hacer el hatsumode, o sease, la primera visita del año a un templo. Se puede ir desde medianoche del 1 de enero hasta el 7 de enero.