Félix Francisco Casanova.
Tira el perro hacia ningún lugar,
pisa la bella gitana,hojas que fueron jeringas infectadas
que serán invisibles
y pasado ruidoso e inmediato.
Calla en el parque mi pecho sucio
lleno de todo lo prohibido,
acuna la ternura a la espera
de la sonrisa tierna de la madre
que le provoque el llanto
que tanto daña dormido
cuando queda vacío
en este desván
de felicidad y olvido.
Tiran los perros con ansiedad
de la inocencia de la niña gitana.
Se muere. se muere y se muere,
en pocas horas pasan diez años
en el intento de escribir al silencio
sin preguntarle.
Supuran whisky los perros de la muerte,
persiguen gitanas prohibidas.
Los embusteros nos masturbamos en este festín,
vemos como bailan, matan y follan;
al fin felices,
todos nuestros secretos.