Ayer llamé a un amigo que vive en Madrid para preguntarle si estaba La Cibeles llena de gente celebrando la victoria de Chile, o más bien la derrota de Messi. Pero no fue capaz de confirmarmelo, aunque me habló de coches y de sonidos de claxon.
Luego decidí pasar por blogs y twitters de lo más ultra(en el más amplio sentido de la palabra) del madridismo, y la euforia no se contenía. No sé si físicamente, pero mentalmente estaban todos en Cibeles, celebrando lo que no fueron capaces de celebrar en España.
Y puede que anoche algún periodista con su bufanda al cuello pusiera el himno madridista para que no se terminara de llenar de polvo por falta de uso.
Y no es que los madridistas de ese estilo celebraran el éxito chileno por solidaridad con alguno de sus jugadores(de momento en Chile no está prevista ninguna operación especulativa, que se sepa), de hecho solo Bravo el extraordinario portero del Barça juega en uno de los grandes españoles, su euforia se debía(y por ello muchos se acostaron tarde anoche)a que Messi perdió, para que personajes como Roncero pudieran enorgullecerse de Maradona(un ejemplo para los niños) para oponerle a Leo a alguien que ganó cosas(aunque fuera metiendo un gol con la mano, que por esos pagos la trampa está muy valorada).
¿ Qué hubieran ladrado si la patada que le dan a Messi en el pecho, casi sin balón, al nivel de la que De Jong le soltó a Xabi Alonso sin estar mediatizado por ese odio que les atenaza las gargantas y los convierte en esclavos de la idiotez?
Pobres. Creen que el que Messi esté rodeado de una banda lo hace menos importante, menos trascendente, creen que las derrotas de Argentina oscurecerán el palmarés del mejor jugador de la historia, y son los mismos que en otro momento hablan de Cristiano obviando que Portugal no es que no gane nada, es que jamás llega ni a la final en la que se ganan cosas.
El triplete les ha dejado escocidos, el Hemoal se agotó este verano y lo único que puede suavizar dicho escozor es hacerse de La Roja, pero no de la española, que esa la dirige uno que también es un traidor, tan traidor como el portero al que quieren echar como sea del club, es hacerse aficionados de Chile, al que muchos ni sitúan en el mapa, y otros apenas lo recuerdan de la época de Pinochet.
En esa época, a La Cibeles se iba con mayor frecuencia. Será casualidad