En muchas ciudades de aquel país, la gente hizo cola durante horas y horas para ver el primer pase de la cinta. En Plano (Texas), unas seis mil personas se organizaron para asistir a las 6 de la mañana a la primera sesión de la película, antes de acudir a la oficina, a la tienda o a las aulas del instituto. Y en Los Ángeles, como no se podía estrenar hasta el miércoles 25, más de cien personas asistieron al estreno de medianoche para luego acostarse a las 2 y volver a levantarse a las 6 para ir al trabajo.
La paulatina expectación del público había hecho que aumentara progresivamente el número de salas en que se iba a proyectar. De las 900 que se calculaban en octubre de 2003, en enero ya se anunciaban cerca de 2.000, y al empezar el mes de febrero se contrataron las 3.043 salas en que definitivamente se estrenó. Tan solo en el primer día de exhibición, los ingresos por taquilla superaron los 30 millones de dólares que había costado hacerla. Y eso que era un día laborable.
En los primeros 5 días, la película había recaudado cerca de 120 millones, y se consolidaba como el arranque cinematográfico más espectacular de los últimos años, por encima de Titanic, Spiderman o El retorno del Rey. Cuando llevaba cuatro semanas, superaba los 250 millones de taquilla, y aún no se había estrenado en la mayoría de los países.
El interés era tan intenso, que la usual piratería que sigue a los estrenos (descargas en Internet, copias ilegales de CDs, etc.) se disparó hasta límites insospechados. Está considerada como la película más pirateada de la historia, con cifras disparatadas en todos los ámbitos. Incluso se adelantaron los estrenos en muchos países de América Latina porque la expectación era tan grande que se temía una proliferación a gran escala de la piratería on-line. Aún así, la taquilla pareció no resentirse en exceso.
Cuando terminó su carrera comercial, había ingresado en los cines de todo el mundo más de 610 millones de dólares, lo que la convierte en la 25ª película más taquillera de todos los tiempos, y en la primera —con mucha diferencia sobre las demás— de las producidas en lengua no inglesa.
Pero lo más interesante fue su masiva y entusiasta recepción en países como Italia o México, y su inesperado estreno -tras una inicial prohibición- en naciones donde el cristianismo está velada o explícitamente perseguido...
(Artículo final: lunes 31.X)