Hay libros que llegan a tu vida de manera inesperada y aunque en un principio no hubieran sido tu lectura elegida, cuando los terminas piensas que hubiera sido una pena que no hubieran llegado a ti.
Todos los días son nuestros es una de esas lecturas a las que no me hubiera acercado sin más, posiblemente ni se me hubiera pensado por la mente tenerla en mis manos, pero una vez terminada tengo que decir que menos mal que me dejé convencer, aunque tampoco tuvieron que poner mucho empeño en ello.
LA AUTORA
ARGUMENTO
María y Emiliano parecían una pareja indestructible, de esas que se conocenen el instituto, nunca pierden la pasión y terminan siendo dos adorables ancianos cogidos de la mano. Por eso, cuando llegan a la treintena y una noche, al volver de la fiesta de unos amigos, María empieza una discusión, nadie hubiese imaginado que la pelea terminaría con Emiliano haciendo las maletas y volviendo a casa de sus padres.MIS IMPRESIONES
Para que una pareja se rompa ¿Es siempre necesario la falta de amor o la infidelidad? Está claro que no.Puede que todo aquello que perdonábamos cuando éramos más jóvenes o cuando nos encontrábamos en esa primera fase en que todo es maravilloso empiece a molestarnos, que todo aquello a lo que no dábamos importancia comience a tenerla, o simplemente que la relación empiece a desgastarse y las cosas ya no sean lo mismo.
Catalina Aguilar Mastretta no nos va a contar una gran historia. Todos los días son nuestros es una historia conmovedora y cotidiana, una de tantas y que le ha sucedido a tantos, es una historia cualquiera de gente común en la que no encontraremos grandes sorpresas. Y esa sencillez es precisamente la que nos emocionará y Todos los días son nuestros se haga un hueco en nosotros para quedarse allí.
Porque si algo inunda esta novela son las emociones, esas que se te pegan a la piel y te calan de manera que te hacen sentir de la misma manera que sus personajes, con los que ríes, lloras, te emocionas y con quienes las vives como si estuvieses subido en una montaña rusa de sentimientos.
Es cómo si María fuese nuestra amiga y nos diese la mano para que vayamos junto a ella mientras nos cuenta todo lo que le ha pasado, haciéndonos partícipes de su dolor, a la vez que busca en su vida esas cosas y esa fuerza que la ayuden a recomponerse y pueda empezar una vida sin echar constantemente de menos a quien ha compartido con ella espacios, ha sido su refugio y cuyo olor encuentra por todas partes.
Aunque es María quien tiene más protagonismo en la novela, Catalina Aguilar Mastretta ha trazado con mucho cuidado una galería de personajes que van acompañarla por estas páginas y que sin duda van a enamorarnos, porque rápidamente nos dará la sensación de que, al igual que María, también nosotros los conocemos hace tiempo.
Catalina Aguilar Mastretta con su fresca y particular manera de contar, llena de ternura, humor e ironía, da también cabida en Todos los días son nuestros a otros aspectos de la vida: la familia, la fuerza de la amistad, el trabajo, el conformismo, el feminismo, la independencia, la separación, la muerte, las relaciones familiares, el miedo a estar solo, las diferencias de ideología y sociales, entre otras cosas de las que también está plagada nuestra vida.
Todos los días son nuestros es una novela que ha ido poco a poco envolviéndome, que me ha ido gustando cada vez más, me ha ido cautivando poco a poco a lo largo de sus capítulos hasta llegar a los últimos que, para mí, conforman lo mejor del libro, con un final que no podía ser más certero.
FICHA DEL LIBROFRAGMENTO