Todos los hombres del tal Vicente

Publicado el 26 junio 2010 por Miguelangelh

  Acabada la primera fase, llega el momento de hacer balance. No esperéis un análisis sesudo, sino, básicamente, un resumen de nuestras filias y fobias.   Casillas: 5 No trasmite la sensación de seguridad de antaño. Afeitarse la barba en pleno Mundial puede ser una chorrada, pero también un síntoma. No se le puede culpar de ninguno de los goles encajados, pero sí de estar un tanto acelerado. Debe calmarse.   Ramos: 0 Un desastre total. Ni defiende ni ataca. Del Bosque le regala la banda derecha en una variante táctica que, según los futbólogos, se llama banda ciega. En el país de los ciegos el tuerto suele ser rey, pero al menos debe dominar ciertos rudimentos del juego como el control, el pase o el centro. Y este chico no da el nivel en ninguna de las suertes básicas del juego. Eso sí, las cintas, las pulseras, las muñequeras y los tatuajes los lleva en perfecto estado de revista.   Puyol: 6 El capitán del Barça es una garantía. Hace lo suyo y, en muchas ocasiones, lo de los demás, en especial lo de un Ramos que le da muchas fatigas. Parece que el Mundial será la última cita en la que veremos su melena por delante de Casillas. Se le echará de menos.   Piqué: 8 Posiblemente, el mejor jugador del equipo hasta el momento. Va sobrado en defensa, sube con insolencia al ataque y siembra el pánico cuando sus casi dos metros percuten sobre el área rival. Uno de los grandes aciertos de ese fenómeno que es Sir Alex Ferguson.   Capdevila: 4 Se le ve pesado, poco fresco de piernas y de ideas. Sube mucho menos que Ramos, aunque está a años luz del sevillano en cuanto a fundamentos ofensivos.   Busquets: 8 Otro de los pilares del equipo. No mencionaremos el tópico del equilibrio, pero el chico sabe lo que tiene que hacer, dónde y cuándo hacerlo. Roba, rasca y juega fácil. Por ponerle un pero, teatraliza en exceso cuando le dan. Y los árbitros se fijan en esas cosas.    Xabi Alonso: 7 Muchos le discuten, pero es el único medio del equipo capaz de jugar en largo, de mezclar algo el juego del equipo. Por lo demás, hace básicamente lo mismo que Busi, pero es más aparatoso. Uno de los dos me sobra.   Xavi: 6 Sobre todo, porque están dejando sin contenido el puesto de Xavi, demasiado lejos de la sala de máquinas y demasiado cerca de los puntas. Y ese no es el puesto de España, sino el de Cesc. Vicente, retrásalo, porque el equipo lo necesita como el comer.    Iniesta: 6 Persisten las dudas sobre su estado físico, aunque completara el partido ante Chile. El gol le puede servir para recuperar confianza, un aspecto vital en el juego de un futbolista que es un 90% inspiración. Fundamental si está bien.   Villa: 8 Sin estar en el mejor momento de su vida lleva ya tres goles, incluida la obra de arte ante Chile. Mantiene el hambre de sus primeros partidos en la selección, aunque a veces es algo egoísta, como todos los goleadores. Se le perdona porque es el mejor.    Torres: 3   No está. Se valora el esfuerzo que ha hecho para llegar al Mundial tras su operación, pero anda muy lejos de su nivel. además, nunca ha ido sobrado de técnica, pero con la inactividad parece haber perdido el tacto del balón. No controla una. De ir a más.    Jesús Navas: 4 Del Nido debe estar que trina con su niño, que en la primera gran cita de su carrera está muy por debajo de lo esperado. Ni ante Suiza ni ante Honduras fue el jugador desequilibrante que brilla en la Liga, y que el abogado sevillano espera vender por un potosí.   Silva: 4 El rendimiento del canario también está muy por debajo de lo esperado. Del Bosque lo señaló cuando lo sacó del equipo tras el primer partido, aunque también la incertidumbre sobre su futuro puede haberle afectado. Lógico: si yo fichara por el City también estaría depre.   Cesc: 6 En mi equipo jugaría siempre, porque sabe hacer más cosas que nadie. Puede jugar de mediocentro, de mediapunta y hasta de segundo delantero. Tiene gol y, en momentos delicados, asegura posesión. Piede a gritos un sitio por uno de los tres mediocentros del equipo o por Fernando Torres, mientras El Niño se pone a tono.  Compartir: