Durante mucho tiempo, la coloración de las criaturas prehistóricas era terreno donde la imaginación hacía de las suyas y la ciencia nada podía hacer para decirnos con "los pelos en mano" de qué color era tal o cual criatura. Los artistas desbocaron la imaginación y algunos de ellos usaban coloraciones de animales modernos para reconstruir a aquellos que se habían ido. Eso era la regla, hasta la "revolución de los melanosomas". Pero ¿qué es eso? Un melanosoma es un orgánulo celular que contiene el pigmento conocido como melanina, el pigmento más común en los animales (en forma de eumelanina). Dependiendo de la cantidad y ubicación de los melanosomas, se producen diferentes patrones. Pero nunca se habían registrado en animales prehistóricos marinos.
A inicios de este año, se publicó un estudio que consideraba dos aspectos para estudiar coloraciones en criaturas marinas. 1) Estudios geoquímicos para corroborar la presencia de eumelanina. 2) El estudio microscópico de los melanosomas. Al parecer, los autores encontraron que tanto tortugas laúd como mosasaurios e ictiosaurios tenían una coloración negra; misma que sugieren era uniforme en algunos ictiosaurios. Esto último contrasta sobremanera con lo esperado, pues se pensaba que una coloración obscura en el dorso y clara en el vientre era lo esperado.
Este estudio es novedoso y sujeto a muchísimas críticas, siendo la más fuerte que la presencia de eumelanina no significa siempre colores obscuros intensos y que este aspecto no fue evaluado. Como fuere, este nuevo descubrimiento es sumamente importante para entender la evolución del color en las criaturas marinas.
FUENTE PRINCIPAL:
Lindgren, J., Sjövall, P., Carney, R. M., Uvdal, P., Gren, J. A., Dyke, G., ... & Polcyn, M. J. (2014). Skin pigmentation provides evidence of convergent melanism in extinct marine reptiles. Nature.