Todos para uno y uno para todos

Publicado el 18 enero 2011 por Mandomando

Cuando planteamos la conversación en las redes sociales, surgen normas recomendables de seguir.

La primera de ellas dice “Escucha“. Como toda regla que se precie, imprescindible pero nada original. Prometo no repetirla. Por lo menos no en este post.

La segunda recomendación reza:  ”Aparca el miedo fuera“. Algún iluminado crea una nueva página temporal de Facebook cada vez que esta frase es pronunciada; pero ciertamente, una verdad no mata el tópico y el miedo no va a gestionar tu marca.

Fluye” es un termino cuya orientación se hunde en los lejanos 60 pero que recuperamos con la marea Groundswell. Comunicarse entre varios, en una forma continua y entre oleadas.

Escuchar, participar y fluir son términos lejanos a la comunicación imperativa (haz, ven, compra, consume, vota). La difusión tradicional es un escollo para poder desarrollar una cultura de conversación. La dirección y gestión cultural, gubernamental o de negocios ha tenido, hasta hace poco, líneas de flujo de una sola dirección.

Un proceso de cambio de comunicación basa su éxito en fases intermedias de progreso en el camino hacia una Entidad 2.0, incorporando canales múltiples de comunicación, con audiencias posiblemente dispersas, usando las herramientas digitales para acercar estas comunidades de forma emotiva y adaptando los anteriores mensajes unidireccionales.

Así, el foco reside una y otra vez en la homogeneidad, tal vez uno de los mayores problemas de la comunicación de nuestro tejido empresario, donde solemos encontrar promesas y realidades contrapuestas. Si llamamos hitos de marca a toda generación de contenido, imagen, escenarios y conversaciones, podemos creer que estos hitos tendrán valor público en la medida en que se lleven a cabo bajo este acuerdo de sinceridad.

Gestionar la comunicación total es hacer que la realidad-empresa, la realidad de marca, la publicidad tradicional y el contenido digital propio conformen un cuerpo homogéneo, relacionados los unos con los otros. De nada sirve a la empresa, tener una publicidad mitificada, una realidad-empresa agresiva y una comunicación digital simpática cuando no bonachona y enrollada.

Sirviendo de título para un post de AdLatina, traigo una frase de un buen amigo, Gabriel Vazquez, tiene una frase que viene como anillo al dedo: “De las boludeces es fácil reírse, pero difícil acordarse”

Una conversación promete cuando seduce. La seducción surge después del conocimiento y difícilmente haya un conocimiento sincero si la realidad empresa muestra un escenario, la realidad de marca dibuja otro; mientras la publicidad y los blogs corporativos, juegan a las escondidas.

La comunicación corporativa o es integral o no es.