Luis Eduardo Aute, quien cumplía el 13 de septiembre los 73 años, sufrió hace más de un mes un infarto que le condujo a la UCI del Hopital Gregorio Marañón. Un cantautor que siempre ha gozado del respeto y la estima de rockeros, punkies, heavies y demás. Pocos cantantes son más viscerales que él. Incluso cuando ha compuesto canciones para causas generales, como Al alba, lo ha hecho desde la subjetividad más absoluta, sin componer al dictado de ninguna ideología y menos aún de ninguna consigna.
“Escuché por primera vez a Aute en directo –escribe Anjel Ese, en LQSomos– en circunstancias amargas, como la muerte, pero dulces, como la juventud. Fue cuando tocó junto a Suburbano en el pabellón de Agricultura de la Casa de Campo la noche gélida del 20 de diciembre de 1979. Una semana antes, Emilio Martínez Menéndez y José Luis Montañés Gil, universitarios de 20 y 23 años, habían sido tiroteados en una manifestación contra las leyes educativas de UCD junto a la glorieta de Embajadores de Madrid. La Policía de Suárez les quitó la vida alegremente. El país vivía la movilización estudiantil más masiva y dramática de su historia. Los partidos institucionales la despreciaron o la rechazaron.
“Se trataba de homenajear a los compañeros muertos y recaudar fondos para sacar a los detenidos y encarcelados. Lamentablemente, los artistas que militaban en la progresía oficial o giraban a su alrededor pasaron. Las Juventudes Comunistas habían acusado al movimiento estudiantil de ser ‘fascistizante’ por salir a la calle y no depositar su confianza en las instituciones democráticas tan queridas y aprovechadas por su partido. Mes y medio después, los fascistas secuestraron y asesinaron a Yolanda González, de 19 años, miembro de la Coordinadora de estudiantes de Madrid. Las prima donnas del cancionero progre ni siquiera contestaron a la solicitud que les hizo la Coordinadora para que participaran en el acto del 20 de diciembre. Aute sí. Contestó, dijo que allí estaría, y allí estuvo. Con la gran Lola Gaos, con otros grupos menos consagrados y algún poeta que lamento no recordar. Ha pasado mucho tiempo, mucha agua bajo el puente y mucha sangre por el congelador.
“En aquel acto, Aute tocó ‘Al alba’, su canción dedicada a los últimos fusilados por la dictadura de Franco. Desde el escenario lo explicó: ‘Igual que entonces, hoy se sigue fusilando, en las manifestaciones’. El pabellón era diáfano, destartalado, y estaba en un extremo oscuro y aislado de Madrid. Los estudiantes lo abarrotábamos. Aute, que pocos días antes había actuado allí en el Congreso de la CNT, desplegó todo su instrumental, todo su aparato de iluminación y de sonido, como si estuviera cantando en el Olympia. Personal e íntimamente, siempre se lo agradecí.
“Hace menos de un año –recuerda Anjel Ese– volví a verlo de lejos cuando apareció brevemente en un acto que conmemoraba el 40º aniversario de los últimos fusilamientos del franquismo, en Madrid. Naturalmente, cantó Al alba, esta vez sin acompañamiento instrumental”… Y le dirige estas palabras de aliento: “Hay que superar este bache para seguir cantando y contando al ‘ser humano, ese desahuciado de todas las Historias, partisano escéptico en la inútil pugna entre el deseo de Supervivencia y la Fatalidad de los Hechos’, como dices en tu artículo del libro sobre Cohen. En el mismo, dejas una puerta entornada: ‘No hay más futuro que la cansada pero todavía encendida pavesa del amor, ese refugio último de los hermosos perdedores de todas las guerras’. Ya sabes: ‘Anda’, ‘Al alba’, ‘Albanta’, ‘Anda suelto Satanás’, ‘La belleza’, ‘De paso’. Y, sobre todo, ‘Pasaba por aquí’. Ya llevas 73 años pasando por aquí, y así debe seguir siendo. Todos pasábamos por aquí."
Luis Eduardo Aute Pasaba por aqui.1980 villanujo3