Es el precio de la fama. Resulta que ahora nos hacemos los ofendidos porque en Bangladés trabajan por menos de 29€/mes. Nos extrañamos que estén hacinados en edificios ruinosos, en condiciones pésimas y trabajando como esclavos. Y todo para que podamos lucir en nuestras ropas la susodicha marca, pagando unas auténticas barbaridades "porque es ropa buena y de calidad".
Cuando aprenderemos ? Pues mientras haya dinero de por medio, poco nos interesa. Ahora culparemos a Inditex, que se está forrando esclavizando a esas gentes, como antes lo hicimos con Nike o Adidas cuando salieron unas imágenes de niños cosiendo los balones. Pero nadie deja de comprar y vestir esas prendas, porque son un símbolo de distinción y elegancia. Al fin y al cabo, ojos que no ven, corazón que no siente.
Pero gran parte la culpa es del gobierno de aquel país. No hay que buscar muchos más culpables. Ellos son los que permiten que sus compatriotas vivan en esas extremas condiciones, casi infrahumanas. Ellos son los que legislan, marcan los salarios mínimos y los derechos de los trabajadores.
No busquemos códigos éticos en las grandes multinacionales del negocio textil, porque el color del dinero es el único que vale. No le pidamos a Tommy Hilfiger que pague el doble de lo que le cobran por confeccionar una prenda. La respuesta sería sencilla : amenazas para los trabajadores con la retirada de los pedidos, ya que siempre habrá alguien dispuesto y para los compradores, con subirles la ansiada ropa.
Y todo esto por pasear el escudo, caballo, cocodrilo o el logotipo que sea. Es como si necesitásemos una marca que nos identificase, como el hierro de las ganaderías para saber a qué rebaño pertenecemos.
Personalmente no llevo marcas, pero ni caras ni baratas. Simplemente no me gusta. Las camisetas y los polos limpios. A mi esas prendas con esos números y logos no me gustan. De hecho, hace un tiempo en una conversación de estas de hombres, hablando de gayumbos, un amigo se los había comprado de Emporio Armani, de esos de goma ancha con la marca bordada en letras grandes.
- Son muy cómodos y suaves. y además muy chulos. Me han costado a casi 30€ cada uno - decía.- Pues vaya mierda, le dije yo. Por ese precio podrían haber puesto tu nombre por lo menos !
Son sociedades esclavizadas, sí pero por sus propios conciudadanos, por sus hermanos. Los dueños de los talleres y fabricas, muchos de ellos clandestinos explotan a sus compatriotas e incluso los amenazan y maltratan. Las autoridades de esos países se lavan las manos, seguramente con los dólares que estos tratantes les dan para taparles la boca. Esas mafias que todo lo pueden campana a sus anchas y hacen negocio con lo que sea, sin escrúpulos. Esto que quede claro también. Porque si toda esa gente no se dedicase a la ropa, lo haría a otra cosa, con el mismo jefe y el mismo sistema. Porque tiene que subsistir ...
Pero este país, azotado además por los ciclones, es uno de los más poblados del mundo, con una alta densidad de población. La tasa de pobreza es bastante alta todavía, si bien forma parte del grupo next eleven, nombre por el que el banco de inversiones Goldman Sachs denominó en el año 2005 a los países futuribles de ser rentables para sus inversiones, por su potencial crecimiento económico (dicho claro está con otras palabras, uno que es muy burro). Así que nadie está allí por casualidad.
Y hablando de ciclones ahí viene uno. A perro flaco ...
Ahora, vamos y sacamos otros hastag en twitter, otra foto con una leyenda solidaria o un video-denuncia. Hasta que dentro de unos días, mas bien pocos, le demos al me gusta o al retuit de otra campaña solidaria, la que toque, da igual. Nadie recordará que su capital es Daca, seguramente porque nadie lo sabia.