Los sentimientos y emociones, hormonas, cuerpos, y conciencia, todos modifican nuestras formas, como el agua esculpe la tierra. Todo está en movimiento, y lo que se congela queda bajo mínimos en el transcurso del tiempo. Las emociones son como un arcoíris de color que cada ser humano posee. Las emociones básicas son: Las emociones primarias o universales (felicidad, tristeza, miedo, cólera, sorpresa y disgusto). Las secundarias o sociales (la turbación, los celos, el orgullo) son emociones construidas sobre las anteriores, más o menos a partir de los tres años. Las emociones de fondo (el bienestar, la calma o la tensión) dependen del estado de ánimo de nuestro cuerpo. El manejo adecuado de esta amplia gama de emociones sirve para conseguir la integración de los sistemas respiratorio, hormonal, nervioso, linfático y cardio-vascular, consiguiendo así equilibrar el organismo. La Bioenergética trabaja para establecer dicho equilibrio.
Las emociones ejercen una especie de disposición psicológica que es absolutamente necesaria saber expresar para nuestra salud integral. Hay ciertas emociones que nos resultan más fácil mostrar que otras. Las que llamamos negativas se reprimen directamente y se opta por no expresarlas. La buena canalización de estas emociones depende de la madurez emocional de la persona. Aunque la persona sea socialmente muy correcta y exhiba un dominio de la norma, la no manifestación de emociones negativas indica un problema emocional. Con un aprendizaje adecuado, se pueden expresar emociones negativas convirtiendo esta acción en un acto creativo. Los individuos con una cierta madurez emocional asumen su expresión sin provocarles por ello un residuo de culpabilidad.
El estudio de la forma humana revela su historia genética y emocional, además de reflejar la naturaleza de los retos individuales y de como ellos afectan al organismo humano. ¿Nos envaramos con el orgullo o nos encogemos por la vergüenza?¿Nos hemos endurecido a causa de las privaciones o para mantenernos a salvo del derrumbamiento? ¿Evidencia nuestra forma un fracaso para convertir los sentimientos en acción? ¿Ha producido nuestra educación académica una hiperestimulación, una explosión de sensaciones, una hiperactividad cerebral?
El aspecto emocional es el menos maduro de todos y al que menos importancia se le suele dar. Sin embargo, el trabajo con las emociones es de vital importancia para nuestra salud. La terapia Bioenergética es un método eficaz que viene a cubrir necesidades de una sociedad donde las emociones pasan a un segundo plano.
Todos somos, de una u otra forma, enfermos emocionales.