Estábamos de viaje por Sudamérica, que es una situación propicia para andar haciendo y compartiendo fotos. Y me enseñaron una en la que me vi fatal. Estoy aprendiendo a lidiar con eso. No soy solo el que sale bien en las fotos, ni voy dando mi mejor perfil a cada paso. Ya se encarga uno de mirarse al espejo y buscarse el mejor ángulo desde la pubertad. Pero la gente no lo hace, te mira y te ve tal cual eres; por detrás, por delante, en escorzo, de perfil y esas mil caras que no acertarás a jamas a practicar frente al espejo. Eres ese, todos ellos eres.
Es lo que dije en ese momento, “hay que ver qué gordo estoy y qué mayor me estoy haciendo…”, pero soy yo, no lo puedo negar… Tiré la foto, después de todo tiene uno tantas, buena gana de andar guardando aquellas en las que te ves menos favorecido. El que me la hizo la conservará, quienes aparecieran en ella también la guardarán si se ven bien, porque al otro siempre se le mira de otra manera.Bromeo con eso a menudo, cuando nos hacen una de conjunto y la mira primero el que la ha hecho pregunto siempre en voz alta: “¡qué tal he salido yo!”, que es la curiosidad que tienen todos los que posaban aunque no lo digan.Qué prurito estético el mío tan estéril. Si por lo menos se tradujese en un tipo y aspecto impecables. Os aseguro que podría estar peor, en algo se tiene que notar el gimnasio y algunas privaciones, pero también bastante mejor. Me dan cierta envidia aquellos que se quieren y se visten con la ropa que les gusta aunque no les quede como al maniquí. Vive uno como si fuese un cuadro sin terminar, esbozado siempre, como pidiendo tiempo, permiso o prórroga… hasta cuando y para qué.No me parece poco apropiada esta reflexión al comienzo del año. No hay tiempo que perder. Localiza a todos tus yo y pasa más tiempo con ellos. Seguro que te asombras de sus experiencias, sus recomendaciones y sus logros. Muchos de esos yo tienen bastante más éxito que tú y disfrutan más de las cosas y las personas sin darle a todo tantas vueltas para no concluir nada o casi nada. Esos yo de los que pareces no tener noticia se dejan ser y querer esperando a que tú te sumes a la fiesta.El día que coincidas tú contigo mismo —y con los que te rodean— en un sitio concreto en el momento presente, quedará señalado en el calendario como el primero de los muchos de los que se compondrá una vida que merezca el calificativo de plena.