Tokio, día 1

Por Manigna
Hace algún tiempo ya quería subir algunas tomas de la aventura japonesa, mi breve paso por aquella hermosa isla que es Japón, donde una vez más el destino golpea nuevamente con fuerza a sus habitantes, gente trabajadora, honesta, humilde, donde la rectitud parece venirles con el instinto, la solidaridad es tácita, el empeño y dedicación que imprimen a todo lo que hacen nunca deja de sorprender, el respeto ante el más mínimo detalle..., estoy seguro de que así como se levantaron luego de las dos terribles bombas en Hiroshima y Nagasaki, del tremendo terremoto de Kobe en 1995, ahora el pueblo japonés también podrá salir adelante. Ayer leía en un diario de aquí, del Paraná (en Londrina está la segunda mayor colonia de japoneses del Brasil), que las personas que trabajan arduamente en las usinas de Fukushima están ya condenados a muerte por estar expuestos a la radiación, y aún así continúan con su labor, para evitar que el daño sea mayor, dando sus vidas por la de otros. La tristeza no se limita a los muchos conocidos y algunos amigos que ahí dejé, sino al pueblo todo. Ver aquí rogar para que los vientos continúen yendo hacia el Pacífico y no al sur de la isla, como normalmnete es, pues eso sería todavía más trágico. Si hay algo que los caracteriza es que no se dan nunca por vencidos; espero que el peligro pase pronto y todo vuelva a la normalidad, la mágica normalidad que es vivir allá, mezcla de hermosa y muy antigua arquitectura con edificios muy modernos y con alta tecnología.