Por una parte, la situación geográfica del territorio provincial en el centro de la Península Ibérica, en conexión con las principales vías de comunicación hacia Portugal, Andalucía y Levante. Por otra, la proximidad de la capital provincial respecto a la Villa y Corte. Ambas circunstancias propiciaron una participación casi permanente de la provincia de Toledo en los momentos cruciales del conflicto, siendo también escenario obligado de los vaivenes políticos y militares desde sus inicios hasta la salida definitiva de los invasores de Madrid.
Su huella quedó indeleble en forma de destrucción, saqueo y ultraje. Algunos enfrentamientos bélicos de particular significación en el desarrollo del conflicto se libraron en suelo toledano. Las acciones de las partidas de guerrilleros encontraron en la geografía provincial un escenario propicio, logrando aquí un desarrollo muy notable y jugando un papel relevante.
Patriotas y afrancesados
La invasión de las tropas napoleónicas precipitó un claro posicionamiento político en el seno de la sociedad española, resultando ésta dividida entre los sectores más proclives a la presencia de los franceses, que aglutinaban a los llamados afrancesados, y los más o menos abiertamente contrarios a éstos, que engrosaban las filas de los denominados patriotas.
Entre estos últimos, los hubo que reaccionaron de muy diverso modo ante la presión de los invasores franceses. Así hubo quienes, obligados por las circunstancias, cooperaron con el enemigo, disimulando sus verdaderos sentimientos patrióticos.
Un selecto grupo de patriotas no se avino a permanecer en estas tierras mientras estuvieron bajo el dominio francés. Los más fieles al cardenal Luis María de Borbón y al marqués de Astorga y conde de Altamira, abandonarán Toledo y seguirán a la Junta Suprema Gubernativa del Reino en su retirada a Andalucía.
TOLEDO Y SU PROVINCIA DURANTE LA GUERRA
14 Soldado de las Reales Guardias Walonas. Soldado del Regimiento de Infantería de Línea de Burgos A este grupo hay que añadir al célebre Batallón de Honor formado por estudiantes y catedráticos de la Universidad toledana. No faltó tampoco un amplio sector de la población declaradamente hostil con el enemigo, que abandonará sus pueblos y ciudades para engrosar las partidas de guerrilleros que proliferaron por toda la geografía provincial.
Frente a los patriotas se situaron el sector de los afrancesados, cuyas élites constituirán el grupo selecto de colaboradores a los que las autoridades francesas les confiarán la práctica totalidad de los cargos administrativos y políticos en las poblaciones de mayor entidad.
En la ciudad de Toledo tuvieron ganada fama de afrancesados el corregidor Santamaría y los regidores Manuel Rodríguez Carreño y Pedro Segundo García Jiménez, así como el intendente José de Cobos y el comisario regio Luis Gainza.
La Junta Superior Provincial de Toledo
Desde el punto de vista político, la nota más destacada fue la creación de la Junta Superior Provincial, una institución patriótica creada como oposición a la Junta de Gobierno instituida por los invasores, que actuó como gobierno provincial en la clandestinidad. Tuvo inicialmente como principal misión la de impulsar la rebelión popular contra los ejércitos franceses, así como recabar de toda la provincia el apoyo económico necesario para contribuir al equipamiento y dotación del ejército español.
La Junta Superior Provincial de Toledo creó un regimiento de caballería, nombrado de Cazadores Imperiales del Sagrario de Toledo, así como dos regimientos de infantería, denominados Imperiales de Toledo y Leales de Fernando VII
Fuente: http://www.diputoledo.es/global/ver_pdf.php?id=8355