El Mundo al revés
Por Luis García Miró Elguera. (Diario Expreso).
TOLEDO EN SU LABERINTO.
“Yo decloro solomnomonto quo Olojondro Tolodo ho comprodo sos cosos do Punto Sol o Comocho con so ploto”. Esta fue la alucinante declaración jurada del ex presidente Alejandro Toledo, pronunciada solemnemente hace pocos días ante el Congreso, al hablar sobre él mismo en torno a dudosas y millonarias compras inmobiliarias –a nombre de su suegra– que no sólo revelarían blanqueo de dinero sino comprometedores movimientos bancarios en paraísos fiscales no declarados ante Sunat. Es más. Toledo se aventuró a declarar que si se le encontrase alguna irregularidad en estos turbios enjuagues financieros, “Mo rotoro do lo polotoco”.
Si bien nadie creyó en esas palabrejas al viento, Toledo alucinó que había conseguido comprar tiempo para seguir tomándole el pelo a los peruanos. Recurrió una vez más a la vieja táctica de la cátedra en Stanford para huir hacia delante y esconderse de los cuestionamientos mediáticos. Es más, movió hilos para conseguir que su pacto político con el oficialismo lo proteja ante el pedido de la oposición que lo investigue una comisión parlamentaria. A final del día Toledo fue blindado por palacio. Cabe una acotación. Si las irregularidades que rodean el escándalo inmobiliario del ex mandatario –atribuido mañosamente a su suegra Eva que vive en Europa– las hubiese cometido Alan García, Luis Castañeda o Keiko Fujimori, los tres estarían encarcelados con prontuario de criminales de altísima peligrosidad. Sin embargo siendo Toledo el sospechoso, el escándalo sigue pasando piola gracias al gobierno, al Congreso, y a la prensa progre. Se confirma que la izquierda nunca entrega a uno de los suyos, por más delitos que cometa.
Volviendo a los hechos, Toledo ha mentido en forma grosera. Primero, porque la Unidad de Inteligencia Financiera ha demostrado que el dinero con que compró su casa en Punta Sal provino, precisamente, de la offshore costarricense –Ecoteva– constituida por su suegra, su guardaespaldas, Avi Danon, y probablemente su amigote Josep Maiman. Es decir, Toledo no la compró con recursos suyos –como juró ante el Parlamento– sino con plata oscura proveniente de la mismísima fuente desde donde hace poco se transfirieron casi US$ 5 millones para comprar la casa de Casuarinas y la oficina de Monterrico, fondos atribuidos a la madre de Eliane Karp. Si se le mide con la misma vara que a García, Castañeda o Keiko, ¿acaso sólo el perjurio es causal suficiente para descalificar a Toledo de la carrera política?
Pero la cosa sigue. José Peláez Bardales, Fiscal de la Nación, viajó la semana pasada a Costa Rica para investigar los hechos. Fundamentalmente, para conocer el origen y destino de más de US$17 millones movidos por la offshore Ecoteva. De otro lado en Lima la oposición exige el levantamiento del secreto bancario de las cuentas de Alejandro Toledo, su esposa, suegra y de una decena de personas vinculadas al carnaval de dinero negro que rodea las “inversiones” inmobiliarias del entorno del ex mandatario. ¿Hasta cuándo seguirá construyendo Toledo este castillo de mentiras? ¿Algún día tendrá el nervio de decir la verdad para, por lo menos, no pasar a la historia como un mitómano?
FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/toledo-en-su-laberinto