Damn The Torpedoes (1979).El disco del todo o nada (siempre me refiero a el como su particular Born To Run) y de donde salió triunfante gracias a una colección de canciones impecable y a la sensación de haber parido un disco clásico. Damn The Torpedoes actúa dentro de su obra como una especie de grandes exitos del Petty iniciático. Dotado de una acertada producción a cargo de Jimmy Iovine, es el disco que puso de acuerdo a todo el mundo y que le despojó del san benito de ser un artista de un solo éxito (American Girl, de su primer album). Todo en este disco suena impecable. Desde el añejo y adictivo Don´t Do Me Like That, pasando por el innegable gancho comercial de The Refugee o Here Comes My Girl (con esa parte semi-hablada tan precursora en su dia), hasta las piezas maestras como Lousiana Rain o Even The Losers. Colección redonda con la que consigue ademas hacer reconocible el sonido aguerrido y clásico del grupo a todo tipo de públicos. En su dia ya repasamos este disco en la sección backtrip.
Hard Promises (1981).
El siempre difícil sucesor al éxito del álbum inmediatamente anterior, es a gusto personal, uno de sus mejores trabajos. Vuelve a entregar otra colección notable de canciones y a dotar a un disco suyo de una gran coherencia. Ademas de la fantástica portada que acompaña el disco, Hard Promises recoge otra buena dosis de rock fuerte y directo (Something Big, Kings Road), nuevas piezas clave en su repertorio clásico (The Waiting), muestras de su lado mas épico-emocional (Woman in Love) y colaboraciones de lujo con una de sus mayores fans, Stieve Nicks en The Insider. Un álbum quizás oscurecido por la fama de su antecesor y por la posterior popularidad de otros de sus trabajos a finales de la década, y al mismo tiempo de sonido algo mas pulido y oscuro para lo que era el sonido Petty en aquella época. Marca un punto y aparte en su carrera.
Full Moon Fever (1989).
Los años ochenta no fueron para Tom Petty un camino de rosas. A pesar de su popularidad, cimentada en el éxito de los discos citados con anterioridad y de actuaciones como la del Live Aid, no acabó de entregar discos que dieran continuidad a ese gran nivel ya demostrado. Pero una gira como banda de acompañando de Bob Dylan y la participación activa en el supergrupo Travelling Willburys, permitió a Petty aprender directamente de sus maestros (el propio Dylan, Harrison, Orbison) y de proporcionarle cierta visión comercial al contratar los servicios del entonces exitoso Jeff Lyne. Con este último en la producción, entrega su primer disco en solitario con el acompañamiento casi testimonial de los Hearthbreakers Mike Campbell y Benmont Tench. El resultado, su disco mas comercial y de mas éxito de toda su carrera. Otra impecable clase de equilibrio cualitativo y comercial. Nueva generación de clásicos indiscutibles para su repertorio como Free Falling, I Won´t Back Down (con guitarra de Harrison), Love Is a Long Road, Runnin Down A Dream o Yer So Bad. Igualmente siempre me encantó la deliciosa A Face In The Crowd y siempre me sobró la versión del clásico de los Byrds I´ll Feel A Whole Lot Better. En cualquier caso, pocos peros a un triunfo como este.
Wildflowers (1994).
Si tuviera que elegir un disco de toda su carrera para regalar a alguien interesado en su obra, elegiría sin duda, Wildflowers. Creo que es su mejor compendio de estilos, melodías y composiciones hasta la fecha. Si su disco de 1989 y su continuidad en Into The Great Wide Open en 1991, había permitido a Petty saborear el éxito comercial mas rotundo de la mano de Jeff Lyne, Wildflowers, con Rick Rubin a los mandos, llevó a Petty a ocupar un lugar privilegiado entre los grandes compositores rock americanos. Me extraña siempre mucho no verlo entre lo mejor de la década de los noventa, y es que este disco (el segundo que firma en solitario) lo tiene todo y en las mejores dosis. Suena mas Beatle que nunca en delicias como To Find A Friend o A Higher Place, al Springsteen mas melódico y elegante en Time To Move On, encantador y artesanal en el tema que da titulo al disco, contundente en trallazos como You Wreck Me o Honey Be, y mas emocionante que nunca en las emotivas Crawling Back To You o It´s Good To Be King. Debería enseñarse en las escuelas.
Echo (1999).
Tras la gran experiencia de Wildflowers, repite colaboración con Rick Rubin. Y aunque el sonido y la producción contundente pueden decir lo contrario, Echo es el album mas personal de Tom Petty. Su Blood On The Tracks particular, Echo no es sino el resultado de su estado anímico y emocional después de su divorcio. Un album que el propio Petty mantiene arrinconado en sus actuaciones en directo por lo personal que le resultan esas composiciones. Desde luego el divorcio no afectó a su creatividad, ya que Echo es otro disco sobresaliente. Quizas el disco donde los Hearthbreakers suenan mas maduros y poderosos en temas como Free Girl Now, en I Don´t Wanna Fight (con Campbell a la voz), o la maravillosa Swiming. Por supuesto, el Petty melodico y redescubierto en Wildflowers aparece en joyas como Room At The Top (una de las mejores canciones de su repertorio), la propia Echo, Accused Of Love o This One´s For Me. Disco equlibradisimo, poderoso en forma y contenido y quizás su ultimo álbum de sobresaliente.