Eso sí, menuda sorpresa se llevó Jorge cuando, subidos los tres (Lorenzo, Stoner y Rossi) en el podio, empezó a sonar el himno. Y no fue el himno español, no, sino el italiano. La cara de mala leche de Lorenzo era un poema; y Rossi, en el tercer escalón del podio, no puedo evitar que le diera un ataque de risa.
La verdad es que no entiendo muy bien que Lorenzo se mosqueara por este lapsus de los organizadores; total, él fue el primero que hace unas semanas dijo que si ganaba el gran premio en el circuito de Montmeló no iba a ponerse la camiseta de la selección española porque allí "es complicado". Ahora que se fastidie; a mí desde luego me dio la risa igual que a Rossi. Le está bien empleado a Jorge, por bocazas. Además, no es la primera vez que pasa esto porque ya hace unos años, en la copa Davis de tenis en Australia en el año 2003, tocaron nada menos que el himno de Riego... Eso sí que es un lapsus de los gordos.