Haciendo referencia en primer lugar al artículo en cuestión, un cementerio en un bosque luminoso no estaría nada mal, sobre todo cuando eres tú el que genera dicha luz.
Según este artículo, el cementerio se introducirá en el medio urbano para hacerlo como un parque más donde se encontrará un bosque guardando las urnas de las personas fallecidas, estas urnas son las que darán luz al bosque iluminándose con la energía producida por la descomposición de los cuerpos sin vida. Es decir, energía sostenible, la biomasa.
Investigando por Internet he podido hacer una recopilación de estas ideas tan descabelladoras hoy (aunque algunas ya se llevan a cabo) pero que en un futuro no muy lejano será tan normal como que llueve hacia abajo.
De muchas ideas sobre el tema que circulan por la red y de las más creíbles (cosa que hay que decir) podemos encontrar; incluir los cementerios a parques (como en el caso anterior) para dejar a un lado los lugares alejados, tristes y “oscuros” y dar paso a un concepto de cementerio más alegre en el que las personas podrán en cualquier momento visitar a sus seres queridos, ya sea para dar un paseo o para hacer deporte.
Por otro lado tenemos las urnas biodegradables que como objetivo tienen crear vida después de ella y así poder crear bosques enteros.
Las diferencias que existen entre estas urnas son por la composición de los materiales y por supuesto, de su descomposición.
Las hay de sal, que se deshacen en unos 30 minutos aproximadamente en contacto con el agua y otras se disuelven con la tierra, terminando de desaparecer por completo en unos 3 meses, dependiendo del tipo de suelo (podéis verlos aquí) o del grado de humedad.
Algunas solo tendrán este proceso y otras tendrán (a gusto de las personas) semillas de algunos árboles en su interior.
Cada año se incinera a más personas y puesto que no puedes arrojar las cenizas por la gran contaminación que generan, además de no tener lugar físico al que acudir si quieres ver a tu ser querido, en España está teniendo acogida los cementerios de cenizas que con estas ideas tan innovadoras de urnas biodegradables son bastantes útiles.
De hecho, en Barcelona se encuentra el jardín de los aromas de Montjuïc, en Girona el valle del silencio de alta Garrotxa. También podemos encontrar este tipo de cementerios en Zaragoza y en Gijón, entre otros lugares que no tengo constancia.
Ahora bien, crear vida después de ella o formar parte de un grandioso bosque siendo el árbol más alto del lugar son ideas maravillosas pero… ¿qué beneficio saca la naturaleza de esto?
Como primer punto obvio podemos decir que incentivamos la plantación de árboles y el crecimiento de bosques que nos aportan ese bien tan preciado como el oxígeno que respiramos, además de refugio y alimento a muchos seres vivos.
Y como segundo punto, se mitiga el impacto medioambiental por la disminución de la extracción de madera para el uso comercial de ataúdes.
Según la empresa Prever que apoya esta iniciativa de cementerios sostenibles “es un proyecto que promueve la protección del medio ambiente al mitigar el impacto que generan al espacio ambiental, por medio de la disminución de la tala de árboles, al no utilizar ataúdes que pasan a ser sustituidos por urnas biodegradables elaboradas con sustratos orgánicos, minerales y compuestos vegetales”.
¿Qué os parece la idea? ¿os gustaría estar enterrados en un bosque/parque y ser un árbol?
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