Según los expertos, beber alrededor de 2 litros al día, además de incrementar la sensación de saciedad en el estómago, aumenta el gasto calórico diario en unas 30-60 Kcal. De ahí que los/as dietistas recomienden a las personas que intentan perder peso que beban abundante líquidos. Si bien es cierto que tomar agua fría -a unos 5° C- pueden aumentar un poco más la quema de calorías, dado que oblige a subir la temperatura corporal, incrementando así el gasto de energía, ingerir bebidas muy frías pueden enlentecer la digestión. La influencia es mínima, así que lo más efectivo es hacer dieta.