¿tomar vitaminas, sí o no?

Por Bioherbarium @TheBioherbarium

ALIMENTOS ACTUALES: ENGORDAN MÁS, NUTREN MENOS

El 26 de Enero, el prestigioso semanario francés Le Nouvel Observateur, publicó un artículo titulado “Una manzana de 1950 equivale a cien manzanas de hoy” (Une pomme de 1950 équivaut à cent pommes d’aujourd’hui”), donde explica que la fruta y las verduras tienen cada vez menos vitaminas y los alimentos, en general, muchos menos nutrientes. Comemos lo mismo (o comemos más) pero los nutrientes son menos y de peor calidad. Desde este punto de vista, en el plano nutricional, los alimentos serían cada vez más parecidos a “cáscaras vacías”. Existen una decena de estudios de universidades americanas, canadienses y británicas que han realizado comparativas entre las vitaminas de los alimentos y publicado datos sobre su evolución: empezaron a publicarse en 1997 y demuestran que, desde entonces, la concentración de nutrientes en nuestra alimentación no ha hecho más que bajar.

Existe un interesante estudio titulado «Still No Free Lunch», cuyo autor es el investigador del Worldwatch Institute Brian Halweil y que confirman la presencia progresivamente en aumento de las “calorías vacías”: azúcar y grasas, inútiles para la buena salud pero perniciosas para el organismo.

Según este estudio, las Vitaminas A y C, las proteinas, el calcio, el hierro y el fósforo, entre otros minerales y oligoelementos, se han reducido hasta valores que nada tienen que ver con los del pasado. En suma: para encontrar las cualidades nutricionales de una fruta o verdura de los años 50, hoy en día deberíamos comer de 50 a 100 veces más la misma cantidad.

Los ejemplos que da son claros y documentados, el primero:

VITAMINA C: UNA MANZANA DE HOY EQUIVALE A CIEN MANZANAS DE ANTES 

En una manzana de Croncels, en los años 50 ingerías del orden de 400 mg de Vitamina C. Hoy, una Golden estándar aporta aproximadamente 4 mg de Vitamina C: cien veces menos. Philippe Desbrosses, doctor en ciencias ambientales de la Universidad Paris-VII y militante activo por la preservación de las semillas antiguas, mucho más ricas y diversas, comentaba en una entrevista que la industria agroalimentaria ha seleccionado con el tiempo los alimentos más hermosos, con mejor aspecto, algo que rara vez coincide con los que tienen mayor aporte nutricional.

VITAMINA A: UNA NARANJA DE LOO AÑOS 50 EQUIVALE A 21 NARANJAS ACTUALES

En cuanto al melocotón, uno de los años 50 equivale a 26 melocotones actuales. La carne contiene dos veces menos de hierro. Lo mismo sucede con los minerales que deberían contener los cereales, y por ende, con los cereales que alimentan a los animales que consumimos: no es extraño, pues, que contengan menos proteínas y más grasas y que al ponerlos en la sartén dejen ir el agua acumulada. En cuanto a la patata y la cebolla, mejor no hablar: apenas contienen ya Vitamina A. En lo que atañe al Calcio, si es usted de los que cuentan con consumirlo a través de la verdura, tenga en cuanta que el brócoli, por ejemplo, contiene 4 veces menos de calcio de lo que contenía hace 60 años.

POCAS VITAMINAS, POCOS MINERALES, PERO MUCHO PARA ENGORDAR

En lo que sí han ganado todos los alimentos es en los llamados “obesógenos”. Es decir, aparte de resultar más ricos en grasas y azúcares y menos en vitaminas y minerales, la contaminación hace que estén también presentes en ellos los llamados disruptores endocrinos (que se encuentran también en la cosmética convencional), y que mimetizan algunas funciones hormonales haciendo que perder peso sea más difícil.

¿SOLUCIONES?

  1. Tomar Alimentos Ecológicos. Sin embargo, si la agricultura Bio empieza a ir por los caminos de la producción masificada que hasta ahora ha caracterizado la industria agrolimentaria, pronto tendrá también los mismos defectos. En ese caso, hay que buscar la fruta adecuadamente madura y de la temporada: una de las cuestiones que ha ido reduciendo la calidad de la fruta y verduras es no dejarlas madurar de forma natural.
  2. Tomar Suplementos Nutricionales o Suplementos de vitaminas y minerales. El problema es que las dosis son imprecisas y dependen de cada dieta individual. Hay que encontrar las carencias de cada individuo. En su defecto, tomar un suplemento vitamínico general que contenga dosis equilibradas de los nutrientes y vitaminas más necesarios. En suma: lo ideal sería que una dieta saludable con los alimentos que compramos a diario fuera suficiente. Pero está claro que no lo es.