Tomarse un café David Lynch
En realidad no me cuento entre los fieles seguidores de su trabajo, tal vez se deba a que no he visto unas cuantas de sus películas; me gustó Eraserhead y Elephant Man, me aburrió Lost Highway (estética aparte), aunque la ví en la post-adolescencia y mi critero ha ido cambiando, así que tal vez cuando vuelva a verla pensaré en arrepentirme por mostrar semejante falta de entendimiento artístico, o por el contrario, volveré a darle pausa cada 20 minutos para hacer cortas diligencias doméstico-espontáneas.
Pero la moderada admiración que siento hacia este director-escritor-artista-productor-meditador trascendental no limita, por suerte, mi capacidad de apreciar la casi perfección de esa densidad estética y de pensamiento que viste toda su obra. Es por eso que el hecho de lanzar al mercado (hace un par de años ya, pero ahora de manera masiva por amazon) un café gourmet con su nombre, además de ser una movida poco usual (sino única), me parece simpática y hasta tiene algo de responsabilidad social y todo; parte de las ganancias se destinan al fondo de becas para el estudio del cine en el American Film Institute Conservatory.
¿Cuáles son las características de este café? él te las dice
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