Tomates ecológicos: cuando menos díficil

Por Ion Colino García
Si nos atenemos al Reglamento de Agricultura Ecológica, parece que las palabras tomate ecológico tienen su sentido, pero si somos de los que nos paramos a analizar las cosas y filtramos toda la información y afirmaciones que nos llegan, podemos concluir que no.
De entre todo el vademécum de recetas y pócimas preventivas, por cierto, muy válidas, resalta el caldo bordelés, el cual se utiliza con alegría y mesura por la gran mayoría de los horticultores ecológicos, sin apenas valoración y reflexión, simplemente es utilizado por que el reglamento lo admite.
Debiéramos de interesarnos por los efectos secundarios que producen nuestras recetas y ensayos, por muy naturales que sean.
Es más, incluso los estudios de los científicos más alejados de la horticultura ecológica nos alertan de la utilización del caldo bordelés, a propósito del riesgo existente para poblaciones de bacterias fijadoras del nitrógeno de vida libre( Azotobacter, Clostridium) y para las fijadoras de vida simbiótica( Rhizobium).
No nos engañemos, el tomate y otros de su familia( pimiento, patata) son variedades foráneas que aún llevando con nosotros, en Europa, 400 años, su coexistencia sigue resultando un tanto difícil; anualmente observamos que su vida está llena de problemas y enfermedades, no es feliz, y para prosperar con éxito necesita demasiados cuidados y la mayor parte de las veces poco acertados.
Yo, como todo hijo de vecino disfruto como el que más con una ensaladita de lechuga y tomate  o simplemente dándome una vuelta por mis tomateras  y degustándolos cada mañana con una pizca de sal. Para disfrutarlos de la forma más natural posible y auténticamente ecológicos os propongo una forma sencilla, barata y natural, que os despejará dudas y quizá la planta consiga cierta felicidad y sigáis cosechando tomates hasta octubre.
Os invito a la reflexión con este "link": https://estafaecologica.wordpress.com/
Nos vemos en otra.
Ion