Tombuctú, de Paul Auster.

Publicado el 19 mayo 2014 por Meg @CazaEstrellas
 "Eso es lo que siempre he soñado, Mister Bones. Mejorar el mundo. LLevar un poco de belleza a los grises y monótonos rincones del alma. Se puede hacer con un tostador, con un poema, y se puede hacer tendiendo la mano a un desconocido. Da igual cómo se haga. Dejar el mundo un poco mejor de como lo has encontrado. Eso es lo máximo a que puede aspirar un hombre."
 En periodos de apatía lectora o tras decepciones literarias me gusta apostar a caballo ganador. En este caso, mi "caballo" se llama Paul Auster, único en la literatura americana contemporánea, y que una vez más me ha robado horas de sueño y me ha regalado una preciosa historia, de las más bonitas que he leído en lo que a "literatura perruna" se refiere.
Willy es un hombre joven, escritor frustrado, un vagabundo que carga a sus espaldas con años de excesos (los 60) y desarraigo familiar. Es un espíritu atribulado que no encaja en este mundo. Su caótica y errante vida le ha conducido al estado terminal en el que se encuentra. Pero Willy no está solo, desde hace siete años cuenta con la compañía de Mister Bones, un chucho callejero que entiende perfectamente el lenguaje humano debido a que se ha pasado toda su vida oyendo los monólogos de su dueño. Willy presiente que se acerca el final de sus días, por lo que decide viajar a Baltimore. Allí buscará a Bea Swanson, su profesora de inglés del instituto, quien en su día confió en su talento como escritor. A ella pretente confiar el futuro de Mr. Bones y las llaves de la consigna de una estación de autobuses Greyhound donde se encuentran todos sus escritos: poemas, ensayos, cuentos etc...Nuestro protagonista aprovechará este último viaje con Mr. Bones para despedirse de él, hablarle de "Tombuctú", el paraíso de las almas, un lugar mágico  al que irá Willy cuando abandone el mundo. 
Puede que no sea uno de los títulos más destacables de Auster, pero a mí me ha conquistado y lo recomiendo sin dudar. Es una historia muy sencilla, sin complejidad alguna en la narración, por lo que es apta para los lectores que no se atreven con el autor.
"Tombuctú"  es una preciosa historia de amistad y amor incondicional, de descubrimiento mutuo. Mediante "flashbacks" conocemos el pasado de Willy y cómo han sido las aventuras de ambos hasta el momento actual en que se encuentran. William es un hombre noble, el azar y el destino le han llevado por un sendero que no era el que quería recorrer, pero cuando la cabeza le funciona bien es un ser solidario, desprendido, bueno, uno entre un millón. Intenta preparar a Mr Bones para que aprenda a ser independiente en el futuro, pero nuestro peludo tiene miedo; si el mundo se queda sin Willy el mundo en sí dejará de existir, porque su mundo es Willy. Ni el hambre, ni el frío, la lluvia,  o las garrapatas pueden hacer que el can se aleje de su dueño y único amigo:
"Gracias, Mister Bones, por seguirme la corriente con tanta nobleza, por consentir todos mis caprichos e improvisaciones. Debí comportarme mejor contigo. Tenía que haberte dado la oportunidad de alcanzar las estrellas." 
 
Reflexiones sobre la vida, sobre lo mejor y lo peor del ser humano, son elementos que se manifiestan a través de los protagonistas y otros personajes secundarios que están presentes a lo largo de esta especie de fábula /cuento para adultos. Ha sido un verdadero placer acompañar a Mr. Bones en sus aventuras. Leí el libro en un día y medio y volveré a leerlo con el tiempo, porque son personajes que calan, que dejan huella, como su creador, que me cautiva con cada palabra que escribe (eso sí, leeré una edición mejor que la que tengo, si es que tengo suerte, porque llevo ya tiempo buscando una edición concreta y no hay manera)."Así son los perros. Quizá no siempre entiendan los matices de los pensamientos de sus amos, pero sienten lo que ellos sienten."