La historia se divide en dos partes. En la primera, al lado de Willy, parlanchín incansable, con una mente muy dispersa, poeta, y con una salud muy deteriorada. Da instrucciones a su perro de lo que ha de hacer para no caer en las garras de los malvados humanos que se llevan a los perros a refugios o a restaurantes chinos.
En la segunda parte, Mr Bones, indefenso, tendrá que buscar comida y hogar y vivirá experiencias muy variadas.
Uno de los libros más breves de Auster, un autor que siempre me fascina. De prosa ágil y ligera, de mucho trasfondo argumental. Estilos de vida radicalmente opuestos. Voz interior de un perro capaz de comprender e interpretar lo que le rodea. Personas que no se callan, y otras que viven guardando para si mismas la esencia de sus emociones e inquietudes. La complicidad, los afectos, la crueldad, la locura, la búsqueda de una vida mejor; y un paraíso al final del túnel.
No es de mis preferidos. Tiene grandes momentos, pero deja un regusto agridulce, triste.