Pues muy probablemente vuelva a equivocarme, pero tengo la impresión de que, diluido ya el efecto de la sorpresa inicial, al (chulísimo) disfraz con que se presentó Orville Peck el año pasado se le empiezan a ver las costuras. Jugando en su misma liga (vamos a llamarlo “la liga de los cowboys sensibles”), más me ha interesado el debut del joven Honey Harper (William Fusell de nombre real), quien a su manera también adultera las raíces del country con el que se crió, con un enfoque mucho más abierto que él no duda en mismo en etiquetar como “celestial cosmic country“. Y oye, la etiqueta se las trae, pero las tres palabras son una verdad como un templo, empezando por la dulcíiiisima -lo de honey le va muy al pelo- voz del artista, y acabando con unos arreglos majestuosos que no en pocas ocasiones recurren al viejo sonido de la pedal steel guitar. Algunas críticas hablan de Gram Parsons, y puede entenderse: en las canciones contenidas en “Starmaker” late la intención evidente de su autor de llevar la tradición, no “un paso más allá”, sino allende las fronteras exploradas.
El resultado es delicioso, y a pesar de la andrógina imagen con que se ha presentado (esa melena rubia bajo el típico sombrero Stetson resulta un tanto chocante), está más cerca, a ver si se entiende, de la renovación del género que planteó Kacey Musgraves que del esteticista ejercicio de estilo del vaquero enmascarado Peck. En la pista titular colabora Sébastien Tellier, “Something Relative” conmueve como un atardecer naranja contemplado desde la mecedora del porche, y en “Suzuki Dreams” directamente bordea la balada Disney, así de variado es un disco que se pasa en un suspiro.
Mi favorita del lote quizás sea esta luminosa y cálida “Tomorrow Never Comes“, una canción sobre los primeros días del amor y la relación entre Fusell y su (también coautora de algunos de los temas) esposa, predestinados a encontrarse, según el cantante, por sus signos astrológicos. A los escépticos como yo a los que se nos levanta la ceja con la sola mención dela cosa astrológica les invito a creer, eso sí, en la belleza que se libera en este disco.
ó Publicado en: RevelacionesEtiquetado: 2020, ATO, Cosmic country, Honey Harper, StarmakerEnlace permanenteDeja un comentario