Toni Erdmann
Año:
2016
Fecha de estreno:
20 de Enero de 2017
Duración:
162 min
País:
Alemania
Director:
Maren Ade
Reparto:
Peter Simonischek, Sandra Hüller, Lucy Russell, Trystan Pütter, Hadewych Minis,Vlad Ivanov, Ingrid Bisu, John Keogh
Distribuidora:
Golem
La ganadora espiritual del último Festival de Cannes (porque de la ganadora real pocos se acuerdan o quieren acordarse) llega a la cartelera y nos invita a sumarnos al coro que mundialmente la está reconociendo como una de las más grandes cintas del año pasado. Gustoso estoy de unirme al clamor general y comulgar con dichas opiniones, pues no hay más opción que rendirse al talento de Maren Ade y de sus dos (¿o tres?) personajes principales, responsables de entregarnos una de las piezas audivisuales más brillantes y emocionantes que he tenido el placer de ver en los últimos años.
Los primeros compases de Toni Erdmann son oro y por eso he decido no analizarlo en detalle aquí, resguardando al futuro espectador para que la película lo sorprende; la presentación del personaje de Winfried y de su “alter-ego” que título a la cinta podría estar en una lista de las mejores piezas de comedia del siglo. Y también entre los mejores arranques de un film. Pero Ade no se conforma con eso y sigue dando información valiosa en el subtexto para que nosotros la utilicemos cuando convenga: el alumno de Winfried (presumiblemente el único) le avisa que ya no seguirá con las clases de piano (“no tengo diempo”, dice aludiendo a una frase que será mucho más importante luego). En dos escenas y apenas unos pocos minutos, la dirección y el guión nos han pintado un fresco incomparable del personaje de Winfried, de su particular visión del mundo y de sus problemas para conectar con las personas que viven de otra manera. ¿Hace falta más? Hay más. Es el cumpleaños de la hija de Winfried, Inés, y ésta los visita desde Rumania, un lejano país pero aún más lejano universo de los negocios empresariales, todo un orgullo para su madre (separada de Winfried y vuelta a casar) y para su padre, aunque poco entienda sobre aquello que have tan bien su hija. En la reunión de bienvenida, nuestro protagonista queda relegado: su hija no parece entenderlo bien, su exesposa se avergüenza y sus bromas no son bien recibidas. Aquí el lenguaje visual de la cinta da para un análisis fotograma a fotograma. Y es que nuestro protagonista es un viejito risueño e infantil que ha vivido demasiado tiempo aislado en su mundo de gustos sencillos y de humor tontuelo, dejando caminar al otro hasta el punto que ha perdido casi todo lazo con él y por lo tanto con su familia. La recuperación de estos lazos (y otras circunstancias) moverá al protagonista hacia Rumania, en una visita a su hija en la que buscará comprender todo lo que se ha perdido del mundo exterior e intentar legar un poco de su visión del mismo a su hija. Los resultados desastrosos no se hacen esperar.
Las películas que van sobre reencuentros terminan con abrazos y lágrimas, pero la complicada relación de los protagonistas no podía permitírselo en Toni Erdmann. Apenas sí se permite poner en juego algunos elementos simbólicos que nos den pistas sobre que tan bien les ha ido el experimento a ambos, pero no hay un final festivo ni una sensación de triunfo; todo puede seguir igual después que aparecen los créditos, todos excepto nosotros por supuesto que hemos sido tocados durante más de dos horas y media por algo inolvidable.9/10