Que aquí por Híspalis somos unos jartibles no lo duda nadie y que echamos de menos el mes de abril más que Sabina, tampoco. Y es que nos vuelve locos ver como se coloca la rampla del Salvador, o las sillas de la Avenida o ese olor a incienso constantemente por donde paseemos.
Se que la expresión "tonto de capirote" está muy extendida y se usa cotidianamente para cualquier momento y contexto. Pero si nos ceñimos al tenor literal de la frase; no podemos evitar que nos lleguen a nuestra cabeza imágenes de nazarenos, y por ahí van más o menos los tiros de por donde voy... de todo aquel amante de nuestra Semana Santa.
Vamos, que si a mi me dicen que soy un "tonto de capirote" le diría que sí, y a mucha honra, y eso que aún no he tenido el placer ni el gusto de estrenarme en este sentido; aunque todo se andará.
Esto es lo que viene siendo escribir a contratiempo, porque en noviembre hablaremos de carnavales y en febrero de feria, pero bueno, siempre podréis echarle la culpa al Corte Inglés de ello ;)
"Sevilla se viste con sus mejores galas y se llena de luz, color y aromas cuando llega la Semana Santa, porque Sevilla sin la Semana Santa no sería Sevilla, y la Semana Santa sin Sevilla, tampoco"