Esta semana se ha tenido noticia de varias actuaciones de la Consejería
de Educación de la Junta de Andalucía que, cuanto menos, son bastante curiosas.
Y es que la Junta de Andalucía tiene una especial concepción de lo que
significa el esfuerzo y el sacrificio. Y además, la Administración andaluza,
pone en entredicho la autoridad, capacidad y profesionalidad de los profesores.Me estoy refiriendo a las decisiones de la Junta de Andalucía que ha aprobado a dos alumnos al proceder a la
revisión de los exámenes realizados por estos. Se trata de un alumno de cuarto
de ESO de un instituto de Bormujos que, habiendo suspendido cinco asignaturas,
vio como la Delegación de Educación se las aprobaba, para que pudiera obtener
el título de graduado de la ESO y pasar a Bachillerato.En el otro caso, una alumna de un instituto de Aljarafe ha visto como la
Delegación le aprobaba cuatro asignaturas suspensas, otorgándole el título de
Bachillerato.Según indica la Junta se trata de un procedimiento reglado, a fin de
poder revisar los exámenes, respecto de las reclamaciones que les llegan por
parte de los alumnos.Según los profesores y sus sindicatos, esta es la forma que tiene la
Junta de Andalucía de reducir el fracaso escolar, lo que conlleva un
desprestigio hacia la figura del docente y una injusticia hacia los estudiantes
que de verdad se esfuerzan y estudian. Luego pasa lo que pasa, a profesores les queman el pelo, les insultan o agreden (aunque haya profesores que... como los de los tiros a Wert).Y yo me pregunto, ¿esta es la forma que tiene la Junta de acabar con el
fracaso escolar? ¿a todo el que reclame le van a aprobar? Esta es la cultura
del esfuerzo que se fomenta en Andalucía.Andalucía, desgraciadamente, seguirá siendo la región europea con más
paro mientras sigan estos gestores al frente de la Junta; pero aunque no haya
trabajo, al menos, según las estadísticas, el nivel de formación (a este ritmo)
será de los más elevados de Europa, aunque no sepamos hacer la o con un canuto.
Tiempo al tiempo.