Tony Blair puede volver a encender el debate sobre la respuesta de Occidente al terrorismo con un llamado a los Gobiernos a reconocer que el extremismo religioso se ha convertido en la mayor fuente de conflictos en todo el mundo.
En referencia a las guerras y las confrontaciones violentas desde Oriente Medio y Rusia hasta África central y Asia, el ex primer ministro del Reino Unido ha escrito para 'The Observer' un artículo, sosteniendo que "existe un hecho que es común: los actos de terrorismo son perpetrados por personas motivadas por un abuso de la religión. Es una perversión de la fe".
Identificando el extremismo religioso como un fenómeno cada vez más peligroso, la propagación del cual es más fácil en la era digital, el político afirma: "Las batallas de este siglo tienen menos probabilidades de ser un producto de la ideología política extrema, como las del siglo XX, pero fácilmente podrían estar en torno de las cuestiones de la diferencia cultural o religiosa".
Al mismo tiempo, el político británico opina que la promoción de la tolerancia religiosa, tanto dentro, como entre los países, será clave para el fomento de soluciones pacíficas en todo el mundo. "En el siglo XXI, la educación es un asunto de seguridad", afirma Blair. Por ello, el ex primer ministro británico ha utilizado su artículo para anunciar la creación de un nuevo foro en línea y una base de datos administrada por su fundación, Faith Foundation, en colaboración con la Escuela de Divinidad de Harvard, los que, espera, se conviertan en la fuente líder mundial de información y debate sobre la religión y el conflicto.
En su artículo Blair escribe que su objetivo es cambiar la política de los Gobiernos: para empezar a tratar este tema del extremismo religioso como un asunto de religión, así como de política, para ir a las raíces de donde se está promulgando una falsa visión de la religión y para convertirlo en un punto importante en la agenda de los líderes mundiales para interactuar con eficacia para combatirlo. "Esta es una lucha que apenas empieza", añadió.
Con ello, algunos analistas creen que el ex primer ministro británico –que arrastró al país al conflicto de Irak en 2003– parece reconocer que las aspiraciones anteriores de exportar la democracia liberal fueron centradas demasiado en los objetivos políticos. Al mismo tiempo, fuentes cercanas a Blair insisten en que él de ninguna manera ha hecho un 'mea culpa' acerca de las pasadas intervenciones de Occidente, incluyendo la de Irak.
Fuente: The Observer