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Ahora sí, demos paso a nuestro clásico top 10 en cuenta regresiva. Las menciones honoríficas estarán situadas antes del número 1. Sólo un trabajo donde se plantean hipótesis fue considerado para la lista. Ese tipo de trabajo donde se proponen ideas, no suelen ser de gran relevancia o que cambien algún paradigma (lo que hacen los descubrimientos que veremos a continuación).
10. Dietas peculiares
Comenzamos la lista con dos descubrimientos que cambian lo que sabíamos de la dieta de algunos bichos y que francamente, me resultaron una sorpresa. En primer lugar tenemos el descubrimiento de que dinosaurios herbívoros consumían de manera regular (los paleontólogos del estudio piensan que de forma estacional) crustáceos. ¿Cómo? Sí, estimado lector crustáceos, específicamente decápodos, o como mejor se les refiere: cangrejos. El hallazgo se produjo en coprolitos (excremento fósil) procedentes de la Formación Kaiparowits, del Cretácico tardío (Campaniano), de hace aproximadamente 77 millones de años. Desafortunadamente no se ha podido identificar con exactitud a la especie de dinosaurio que produjo los coprolitos, pero se sospecha de hadrosáuridos y ceratopsios.
Pero ¿cómo y para qué consumir cangrejos? Los autores del estudio sugieren que fueron consumidos cuando los dinosaurios tomaron troncos sumergidos y parcialmente descompuestos, como complemento a su dieta. Ahora sí lo hemos visto casi de todo en dieta de dinosaurios. ¡Hasta madera comían! Madera "infestada" de cangrejos, pobrecitos animales. Aunque claro, queda la posibilidad de que los dinosaurios no despreciaran los cangrejos en los troncos y que los "buscaran" como fuente regular de aporte extra de proteína, de la misma forma que de cuando en cuando podemos ver algunos herbívoros de hoy mascando huesos o cosas más extrañas.
Otro descubrimiento interesante que también tiene que ver con caca fósil es el hallazgo de coprolitos del Cretácico tardío final que presentan las primeras impresiones de material comido. Es decir, los coprolitos generalmente contienen material digerido, no digerido y parcialmente digerido que suele preservarse, pero por los procesos tafonómicos, las cacas suelen redondearse antes de ser encontradas. En este caso, se preserva un coprolito que porta la impresión de un ¡caparazón de tortuga! La parte genial es que ese caparazón puede ser identificado y de hecho, pertenece a la especie Taphrosphys sulcatus. Esta tortuga pertenece al grupo de las pleuródiras, esas que no pueden más que doblar el cuello al lado del carapacho, en vez de ocultarlo dentro de él.
El dueño del coprolito, como en el caso anterior, es desconocido. Aunque se sospecha de mosasurios, cocodrilos y dinosaurios terópodos. La parte interesante es que el depredador ingirió a la tortuga cuando esta era apenas una cría y la tragó toda, lo que garantizó su paso íntegro por el tracto digestivo. La impresión es tan fina que conserva rasgos de la cutícula y se aprecia el sobrelapamiento que hay entre escamas y placas óseas. Hallazgos como este no se ven todos los días.
Fuentes:Chin, K., Feldmann, R. M., & Tashman, J. N. (2017). Consumption of crustaceans by megaherbivorous dinosaurs: dietary flexibility and dinosaur life history strategies. Scientific reports, 7(1), 11163.Godfrey, S. J., Weems, R. E., & Palmer, B. (2017). Turtle Shell Impression in a Coprolite from South Carolina, USA. Ichnos, 1-8.
9. Gateando por un sueño
La transición del agua a la tierra por parte de los vertebrados es considerado uno de los hitos evolutivos más importantes. Sin embargo, una vez en tierra, muchos linajes de vertebrados regresaron al agua. En el caso particular de los mamíferos tenemos muchos ejemplos. De estos, destacan el de los cetáceos, sirenios, pinípedos y los extintos demostilios, entre otros. La duda es, ¿cuándo exactamente dejaron la tierra y se aventuraron al agua? La duda recae particularmente en que la morfología no es clara, no se podía saber con seguridad si algo con patas como un Ambulocetus cuyo nombre significa "ballena andante", en realidad era andante. ¿O ya vivía en el agua de forma permanente? La respuesta parece estar en las costillas y no en las patas, como sugiere un nuevo estudio. La lógica es simple, las costillas forman la caja torácica y ésta revela si puede o no soportar el peso de la masa visceral en tierra. Si puede, el animal era semiacuático (como un león marino), pero si no, era un animal acuático obligado (como un delfín).
Los resultados rompen un paradigma, pues se pensaba que tanto demostilios, como cetáceos primitivos con patas eran semiacuáticos, al puro estilo de un lobo marino. Después de todo, ¡tenían patas! Pero resultó que tenerlas no garantiza poderlas usar en tierra. Y ese fue el caso para algunos mamíferos de los que se sospechaba podrían haber sido semiacuáticos. El que pasó la prueba fue Desmostylus hesperus, pero los que no, fueron sus primos Paleoparadoxia tabatai y Neoparadoxia repenningi, así como la ícónica ballena con patas Ambulocetus natans. Así que ahora sabemos que son las costillas y no las patas, el mejor indicador para saber si un animal era semiacuático o totalmente acuático.
Fuente:Ando, K., & Fujiwara, S. I. (2016). Farewell to life on land–thoracic strength as a new indicator to determine paleoecology in secondary aquatic mammals. Journal of anatomy, 229(6), 768-777.
8. Gansosaurio
Justo cuando piensas que un nuevo dromeosaurio ("raptor") será más de lo mismo (y generalmente lo es), BOOM, aparece algo totalmente nuevo. En esta ocasión se trata de Halszkaraptor escuilliei, un terópodo procedente de la Formación Djadokhta (Mongolia), que data del Cretácico tardío Campaniano, aproximadamente de hace 75-71 millones de años de antigüedad. Este nuevo dinosaurio presenta una estructura bastante peculiar. Tenía una cola relativamente corta, un tórax relativamente alto, acompañado de un esternón (placas esternales) bastante grande que daba anclaje a músculos bastante amplios para brazos tan cortos. Y no sólo eso, sino que el cuello era muy esbelto y largo, rematado en una cabeza inusual, con bóveda alta y un hocico corto y amplio a los lados.
Pero ¿estas características son sólo una nueva forma? Pues resulta que no, pues el gansosaurio este posee algunas características que sugieren una forma de vida novedosa, un ¡raptor semiacuático! El rostro porta una multitud de porosidades que albergaban muchísimos vasos sanguíneos que los autores del estudio han interpretado como una adaptación para sentir presas bajo el agua (de forma similar a los cocodrilos, algunas aves y mamíferos de hoy). Adicionalmente, los miembros delanteros muestran proporciones similares a los de vertebrados acuáticos como reptiles marinos de cuello largo (plesiosaurios y notosaurios) y aves acuáticas.
Este dinosaurio fue una sorpresa tanto en su forma como en su estilo de vida inferido. Esperemos que próximamente nos aguarden nuevas sorpresas como estas.
Fuente:Cau, A., Beyrand, V., Voeten, D. F., Fernandez, V., Tafforeau, P., Stein, K., ... & Godefroit, P. (2017). Synchrotron scanning reveals amphibious ecomorphology in a new clade of bird-like dinosaurs. Nature. 552, 395–399.
7. Pollos del terror
Una de las cosas más curiosas del registro fósil de las aves es cómo evolucionaron de forma paralela distintos linajes terrestres. Particularmente aquellos de animales gigantes como las avestruces y las moas. Y si bien, la mayoría de esas aves gigantes tienen sedes taxonómicas más o menos volátiles, poco sabíamos de la posición filogenética de las primeras aves gigantes, conocidas popularmente como diatrimas, las gastornítidas o gastornitiformes (cuando se elevan a categoría de orden). Lo único que sabemos es que son del hemisferio norte y que "tienen" que ser de un linaje antiguo, después de todo son aves del Paleoceno y Eoceno. Ah y que eran veganas.
Por otra parte, tenemos a los "patos demoniacos de la perdición" (demon ducks of doom), un grupo de aves gigantes de Australia relativamente recientes, que aparecen en el Oligoceno y se extinguen completamente hasta el Pleistoceno. Estas aves son conocidas como dromornítidas (o dromornitiformes cuando se solía pensar que representaban un orden). Su posición taxonómica previa era que eran o parientes de los patos (orden Anseriformes) o patoides primitivos (Anseriformes troncales). Otro misterio.
Un nuevo estudio de este año propone algo novedoso. Que estos dos grupos de aves que aparentemente no tienen conexión, son en realidad parientes. Y propone que no son los Anseriformes, sino los Galliformes, los parientes más cercanos de estas aves. Ya sea que se sostenga que este grupo (diatrimas + dromornítidas) sea considerado como Anseriformes troncales o como orden propio (Gastornithiformes). Otra cosa interesante de este estudio es que encuentra que Vegavis iaai no es un anseriforme, sino un miembro basal de la dupla diatrimas/dromornítidas. Pero el estudio no se detiene ahí, sino que también encuentra que Presbyornis y sus parientes (Presbyornithidae) son en realidad Anseriformes corona y no troncales o un orden separado como se proponía.
Y para poner la cereza en el pastel, se encuentra que las aves del terror verdaderas, las forrusrácidas (familia Phorusrhacidae) son en efecto parientes de las cariamas o chuñas modernas. Y que la misteriosa Brontornis burmeisteri, que en una entrada antiquísima del blog aparecía como forrusrácida y que a ratos, brincaba a ser un anseriforme gigante, en realidad sí es una forrusrácida. Estos nuevos cambios a la taxonomía de las aves gigantes y extintas son por demás interesantísimos, sobre todo para los amantes de las aves.
Fuente:Worthy, T. H., Degrange, F. J., Handley, W. D., & Lee, M. S. (2017). The evolution of giant flightless birds and novel phylogenetic relationships for extinct fowl (Aves, Galloanseres). Open Science, 4(10), 170975.
6. Masticadito primero
Casi nunca hablo de invertebrados en el blog... Y no es porque los odie, es que se muy poco de ellos. Y hay un grupo que desde la carrera me ha parecido sumamente interesante, el de los quelicerados. Ese grupo de artrópodos incluye a las arañas, los escorpiones, los ácaros y otros menos conocidos como los "cangrejos" herradura (xifosuros), las "arañas" de mar (picnogónidos), las "arañas" patonas (opiliones), las "madres de alacrán" (solífugos), los "escorpiones" marinos (euriptéridos), entre otros más. Pero eso sí, una de las características clave que me dieron en la carrera sobre estos animales es que en vez de tener tres segmentos corporales principales como los insectos (cabeza, tórax y abdomen), los quelicerados sólo cuentan con dos: el abdomen y el opistosoma (donde está la cabeza). Esto, más la característica presencia de quelíceros, son lo que distingue al grupo. Los quelíceros vienen en tres formas: agujas, como los de las arañas, pinzas como los de los escorpiones y pinzas segmentadas como los de los ácaros y escorpiones de mar.
Se pensaba que estas formas básicas aparecieron con el grupo y que eran su carácter ancestral por excelencia. Sin embargo, un estudio reciente encontró que el artrópodo del Esquisto de Burgess conocido como Habelia optata, es en realidad un quelicerado. Pero no sólo eso, sino que además ¡no posee quelíceros! Y la estructura más sobresaliente de su región oral son unas placas llamadas "gnatobases", que no son homólogas a los quelíceros. En su lugar, unos menudos apéndices orales en forma de patita, llamados "endópodos", son el homólogo de los quelíceros. El nivel de convergencia de los apéndices orales en Habelia es impresionante, son muy similares a lo que podemos encontrar en ciempiés y algunos crustáceos.
Gracias a estas y a otras características anatómicas, Habelia representa un nuevo grupo de animales quelicerados, denominados Habeliida, que contiene a otro miembro famoso del esquisto de Burgess, Sanctacaris uncata. El estudio también concluye que los megaquéridos como Leanchoilia, Alalcomenaeus, Oestokerkus, Yohoia, Fortiforceps y Jianfengia en realidad son mucho más basales y que los trilobites son en realidad el grupo hermano de los quelicerados (al fin ¡sede para los trilobites!).
Sin duda, el año que se nos viene debe de incorporar estudios como estos.
Fuente:Aria, C., & Caron, J. B. (2017). Mandibulate convergence in an armoured Cambrian stem chelicerate. BMC Evolutionary Biology, 17(1), 261.
5. Engarrapatados
Hablando de quelicerados, pues resulta que un grupo de ellos puede ser parásito, se trata de las garrapatas, la superfamilia Ixodoidea, que pertenece a los ácaros. Estos animales son ectoparásitos hematófagos, lo que significa que se "pegan por fuera" se sus huéspedes para alimentarse de sangre. Una gran variedad de animales se puede llenar de garrapatas pero éstas son casi siempre específicas a los grupos que parasita. Hay garrapatas de reptiles, de mamíferos y de aves. Las que parasitan aves tienen ganchos especiales en las patas que les permiten andar entre las plumas y no caerse a la menor sacudida. Y resulta que preservadas en ámbar, se descubrieron dos nuevas especies del Cretácico tardío (ca. 99 millones de años): Deinocroton draculi y Cornupalpatum burmanicum. Estas especies fundan una nueva familia: Deinocrotonidae y se caracterizan por ser parásitas de animales emplumados.
Una de ellas, C. burmanicum fue encontrada enredada en una pluma, mientras que D. draculi se asume como una garrapata en el mismo nicho porque se encontró llena de "pelos" (hastisetae) del mismo tipo que los encontrados en C. burmanicum. Estas hastisetas son de larvas de escarabajos de la familia Dermestidae (subfamilias Megatominae y Trinodinae) y estos pequeñines se alimentan de excrementos, plumas muertas y despojos dejados por los pollos de las aves en los nidos. Las hastisetas llegaron a las garrapatas porque las larvas de escarabajo los mudan en cuantiosas cantidades, llegando a formar gruesos tapetes en los nidos, que luego son transferidos hacia los pollos y adultos al sentarse en el nido.
Los candidatos a ser los engarrapatados son dinosaurios no avianos emplumados y desde luego, aves. Sin embargo, por los tiempos de aparición de diferentes grupos y por la antigüedad de las plumas, se sabe que el huésped no pudo haber sido un ave moderna (neornita). Esto suma nuevas e interesantes interacciones al mundo de los dinosaurios mesozoicos. Ahora se podrán hacer ilustraciones con dinosaurios rascándose las garrapatas o al menos, intentándolo.
Fuente:Peñalver, E., Arillo, A., Delclòs, X., Peris, D., Grimaldi, D. A., Anderson, S. R., ... & Pérez-de la Fuente, R. (2017). Parasitised feathered dinosaurs as revealed by Cretaceous amber assemblages. Nature communications, 8(1), 1924.
4. Sangre de ictiosaurio
Los tejidos blandos siempre son una sorpresa, pero más cuando aún no se habían descrito para un grupo específico de vertebrados. En esta ocasión hace su lugar al puesto 4 el hallazgo de sangre fósil de ictiosaurio. O siendo más específicos, de eritrocitos (glóbulos rojos) y posibles leucocitos (glóbulos blancos) fosilizados. Estos microfósiles fueron encontrados al seccionar un nódulo con cobertura de pirita y al examinar la vértebra de ictiosaurio preservada en él. El fósil data del Jurásico temprano, aproximadamente de hace 182.7 millones de años.
Lo interesante del hallazgo es que confirma la hipótesis tan desacreditada (pero aún no refutada) de la Dra. Schweitzer, que sugiere que el hierro es el responsable de la preservación de tejidos blandos improbables en el registro fósil, que incluye ADN, proteínas e incluso, glóbulos rojos en dinosaurios. Para saber más al respecto te recomiendo leer: células de dinosaurio y ADN de dinosaurio en este blog. Lo más interesante es que estos glóbulos rojos son anucleados es decir, no poseen núcleos. La parte curiosa es que los eritrocitos de los reptiles sí poseen núcleos, mientras que sólo los de los mamíferos carecen de estas estructuras celulares. Esto permite a los glóbulos rojos mamiferianos ser más eficientes para transportar oxígeno y precisamente esta condición en los ictiosaurios refleja un estilo de vida más similar a un delfín que a una lagartija. Otra más a la lista de convergencias de los ictiosaurios.
Sin embargo, algunos dudan de que estos sean realmente eritrocitos y plantean que por la talla (minúscula) podrían ser contaminantes. Si quieres leer más al respecto de este descubrimiento, te recomiendo el post: Sangre de ictiosaurio, donde proporciono más detalles.
Fuente:Plet, C., K. Grice, A. Pagès, M. Verrall, M. J. L. Coolen, W. Ruebsam, W. D. A. Rickard y L. Schwark. (2017). Palaeobiology of red and white blood cell-like structures, collagen and cholesterol in an ichthyosaur bone. Scientific Reports. 7(13776): 1-10.
3. Bebés inútiles
Los bebés de los animales vienen en dos formas: precociales y altriciales. Los primeros son aquellos que al momento de nacer/eclosionar, pueden valerse por sí mismos, son fuertes e independientes. Sin embargo, los del segundo tipo son unos inútiles buenos para nada, como nuestros bebés, que requieren de nuestros cuidados para poder sobrevivir. Los tetrápodos exhiben toda una variedad de crías, tanto precoces como altriciales. Y averiguar, de qué tipo era una cría de animal extinto es un lío. Sin embargo, este año pudimos aprender sobre las crías de unos animales increíbles, los pterosaurios.
Por años se había especulado sobre las capacidades de las crías de pterosaurio. El artista Mark Witton y colaboradores, habían incluso generado un gran argumento a favor de la hipótesis de crías de pterosaurio precoces y capaces de vivir por sí mismas (clic para ver). Sin embargo, el estudio directo de huevos de pterosaurio de la especie Hamipterus tianshanensis mostró embriones en distintos estados de desarrollo, desde los poco formados, a los que estaban a punto de eclosionar. Y el resultado fue asombroso, las crías nacerían incapaces de volar y en un estado que corresponde con bebés altriciales, completamente dependientes de los padres. Esta evidencia no sólo muestra que los pterosaurios eran padres que cuidaban a sus crías, sino que además, eran más similares a las aves que a los reptiles en el aspecto del cuidado de los pequeños. A pesar de que sus huevos eran muy reptilianos por fuera.
Si bien, debemos ser cautos antes de trasladar estos resultados a todos los pterosaurios, sí son la primera instancia para poder decir, con embriones en mano, que estos animales eran altriciales. Sin duda, las playas del Cretácico temprano de China donde anidaban estos reptiles voladores debieron ser un sitio muy bullicioso, lleno de bebés llorones.
Más sobre esta noticia en nuestra página de Facebook.
Fuente:Wang, X., Kellner, A. W., Jiang, S., Cheng, X., Wang, Q., Ma, Y., ... & Li, N. (2017). Egg accumulation with 3D embryos provides insight into the life history of a pterosaur. Science, 358(6367), 1197-1201.
2. Cambios de look
♫Ora chunchakeando lo que necesito es cambiar de look♫... O al menos es lo que estos bichos ya necesitaban. El paleoarte es la forma más inmediata en la que los descubrimientos fósiles llegan a las personas y retratar la vida del pasado lo más fiel a la realidad que fue, sólo es posible gracias a nuevos descubrimientos.
Los primeros en la lista son los "raptores", "paravianos no avialanos" para los más estrictos. En un trabajo donde se estudiaron los tejidos blandos de diferentes especímenes de Anchiornis huxleyi, se completó el perfil de la forma corporal más completa de un dinosaurio (adulto) a la fecha, con excepción del Psittacosaurus publicado el año pasado. Existía debate general sobre la extensión de los tejidos blandos en distintas zonas del cuerpo y con la técnica de fluorescencia estimulada por láser, la duda queda saldada. En el caso de la cola, la "panza" por debajo del pubis y la pantorrilla, los paleoartistas dieron en el clavo, la piel no tiene mucho de sobra. Por otro lado, el paleoarte tiene mal entendidas otras partes. Por ejemplo, los pies constan de almohadillas de piel que las huellas indicaban desde hace tiempo, pero casi nadie los dibuja. Y lo más notorio son los miembros delanteros, pues se confirma lo que los paleontólogos sospechaban hace tiempo, los brazos de los "raptores" no iban desnudos, sino que tenían "alitas". Estos dinosaurios tenían dos membranas; la que unía el brazo y antebrazo se denomina propatagio y la que une el antebrazo con la mano, postpatagio. Además de eso, los dedos III y IV estarían parcialmente unidos, lo que hace imposible las "manos de pianista" de los raptores noventeros.
Eso en cuanto al "pellejo". Pero, ¿qué tal las plumas? Por cierto tiempo hemos estado viendo paleoarte de paravianos con plumas bastante peinadas. El contorno de los animales es casi el mismo que el de la "carne" debajo. Pero si observamos a las aves modernas, seguramente debió haber existido más variación. ¿No? Pues un estudio reciente descubrió que en Anchiornis huxleyi ese era el caso. Tras examinar las plumas de contorno que pudieron encontrar, un equipo descubrió que dichas plumas, que forman el cuerpo y no las partes especializadas de las alas, eran de naturaleza semi-abierta. Esto debió darle un look bastante "esponjoso" a Anchiornis. El cánon artístico entonces debe cambiar y debemos estar atentos, pues esta esponjosidad al parecer puede extenderse a dinosaurios como Sinosauropteryx y Caudipteryx, aunque esto no es concluyente aún. Las plumas de este tipo pudieron haber servido para mantener a los dinosaurios secos y calientitos, ya que no estaban adaptadas para mejorar el aerodinamismo. Intrigante ¿no?
Dejemos a los dinosaurios y pasemos a sus primos, los pterosaurios. Estos reptiles voladores son exclusivos del Mesozoico y durante el Cretácico vieron su fin. Antes de su desaparición sólo quedaba una familia, los azdárquidos (Azhdarchidae). Por lo delicado de sus huesos, estos animales son poco conocidos, pero sabemos que tenían envergaduras que iban de los 3 a los 10-12 metros. Uno de los más famosos del grupo es Quetzalcoatlus y su morfología es la que se pensaba la típica del grupo. Una enorme cabeza sostenida por un cuello largo y esbelto. Este año, un par de vértebras cervicales de las que una, es particularmente corta han levantado sospechas y se propuso un nuevo modelo morfológico. Si todo en la interpretación de la vértebra está en lo correcto, pertenecería a un pterosaurio gigante, similar a Hatzegopteryx o quizá a este mismo. La morfología de la vértebra sugiere que su dueño era de cuello corto, lo que es completamente distinto a lo que se pensaba antes para este grupo (i.e. todos eran de cuellos largos y esbeltos). Esperemos que este modelo sea correcto porque de serlo, abre la puerta a una mayor diversidad morfológica en los últimos pterosaurios que vivieron y borran esa imagen de copy/paste en la morfología del grupo.
Hasta ahora esta lista ha estado plagada de vertebrados voladores o terrestres, pero ¿qué tal los marinos? Si pensamos en animales extintos marinos del Paleozoico, nuestro awesomebro interno nos grita un nombre: Dunkleosteus terrelli. Ese gigantesco placodermo que parece salido de una peli de ciencia ficción en realidad existió. Pero de él sólo tenemos la parte frontal del cuerpo, el resto lo inferimos gracias a parientes cercanos mejor preservados. Pero hay un problema. No podemos escalar lo sabido a un bicho más grande porque los estilos de vida son muy distintos. Quizá le estemos poniendo el cuerpo de un recogedor de "basura" a un feroz depredador. Precisamente con eso en mente, un grupo de científicos se puso manos a la obra y al recolectar información sobre la forma de los diferentes animales marinos que son equiparables a Dunkleosteus, generaron un modelo de predicción de la forma de este animal. La sorpresa es que no se parece en nada a lo que los artistas venían dibujando y por el contrario, se parecía más a los dibujos de los chicos que entusiasmados, hacían a un "tiburón maligno" de Dunkleosteus. Específicamente, el animal parece que tuvo cola tiburonesca con dos lóbulos, siendo mayor el superior (heterocerca). Esto también sugiere sus hábito e hipotetiza una vida: depredador pelágico. Ojalá nuevos descubrimientos corroboren esta hipótesis novedosa.
Fuentes:Wang, X., Pittman, M., Zheng, X., Kaye, T. G., Falk, A. R., Hartman, S. A., & Xu, X. (2017). Basal paravian functional anatomy illuminated by high-detail body outline. Nature Communications, 8, 14576.Saitta, E. T., Gelernter, R., & Vinther, J. (2017). Additional information on the primitive contour and wing feathering of paravian dinosaurs. Palaeontology.Naish, D., &; Witton, M. P. (2017). Neck biomechanics indicate that giant Transylvanian azhdarchid pterosaurs were short-necked arch predators. PeerJ, 5, e2908.Ferrón, H. G., Martínez-Pérez, C., &; Botella, H. (2017). Ecomorphological inferences in early vertebrates: reconstructing Dunkleosteus terrelli (Arthrodira, Placodermi) caudal fin from palaeoecological data. PeerJ, 5, e4081.
Menciones honoríficas
Lisanfibios, la reivindicación
Los únicos anfibios vivos son las salamandras, las ranas y las cecilias. O dicho de forma científica, los Caudata, Salientia y Gymnophiona, en el mismo orden. Se supone que estos animalitos forman un grupo llamado Lissamphibia. Sin embargo, los lisanfibios han sido sujeto de mucho debate. Primero, por su relativa ausencia en el registro fósil durante el tiempo en el que surgieron. Posteriormente, porque algunos estudios habían sugerido que no eran un grupo monofilético. Es decir, no tenían un ancestro común inmediato y por eso, no eran un grupo válido. El problema principal eran las cecilias, que al estar tan modificadas (carecen de patas), no cuadraban. Y al más puro estilo de un partido de tenis sistemático, las pobres eran y no eran parientes cercanas de los batracios (grupo compuesto por salamandras y ranas). Este año, un nuevo estudio mostró la razón. Como se sospechaba, faltaban fósiles. Y al encontrar una nueva cecilia troncal (muy primitiva y poco modificada), el árbol de los anfibios se hizo mucho más grande. La nueva especie es Chinlestegophis jenkinsi, del Triásico tardío de Colorado, EUA. Y como se sospechaba, las cecilias no son parientes cercanas de ranas y salamandras. Entre estos grupos existieron muchos anfibios que vivieron del Pérmico al Jurásico, pero todos ellos de un grupo llamado Temnospondyli. O en otras palabras, se reivindica a los lisanfibios como un grupo natural, surgido de entre los temnospóndilos, pero las cecilias no son parientes tan cercanas de los batracios. Esto hace que Lissamphibia se expanda mucho más que antes y que los estimados moleculares para la aparición del grupo por fin cuadren. Algo que personalmente esperaba que ocurriera en algún punto.
Fuente:Pardo, J. D., Small, B. J., & Huttenlocker, A. K. (2017). Stem caecilian from the Triassic of Colorado sheds light on the origins of Lissamphibia. Proceedings of the National Academy of Sciences, 201706752.
Completito
Jurassic Park sentó en la cultura popular la idea de encontrar así como así dinosaurios completos y que el excavarlos era tan fácil como meter la mano en los huecos del cráneo para sacar la arena. Los paleontólogos que trabajamos recuperando fósiles del campo sabemos que eso es pura fantasía. Los restos completos son extremadamente raros y los que están además, con presencia de tejidos blandos y de elementos articulados aún más. A esos fósiles excepcionales no tardamos en llamarlos "momias", aunque no hayan pasado por ningún proceso de embalsamammiento. Una de esas "momias" se hizo viral en internet al presentarse como el dinosaurio más completo encontrado, lo cual dista de ser cierto, pero tiene su mérito. El dinosaurio, un anquilosaurio descubierto en una mina de Alberta, Canadá, su nombre, Borealopelta markmitchelli. Se trata de un nodosáurido del Cretácico temprano Aptiano, de entre 125 y 113 millones de años. Entre otras cosas, es el anquilosaurio más completo encontrado, pero no sólo eso, sino que conserva tejidos blandos, concretamente escamas y el estudio de éstas llevó a conocer su coloración real. Sabemos que el bicho era rojizo, pero la cosa no para ahí, sino que además presentaba contrasombreado (con la parte más clara en el vientre). Esto sugiere que su coloración era críptica, especializada para hacer pasar desapercibido a un animalote de 1.3 toneladas de peso. Imagínate que no sólo eres grande, sino que además estás lleno de púas de hueso sólido, pero incluso con eso, los depredadores quieren comerte. Eso lleva consigo a la evolución del mecanismo de contrasombreado, indicando que la depredación no era algo que los anquilosaurios desconocieran. Sin duda, algo nuevo que aprender del mundo de los dinosaurios.
Fuente:Brown, C. M., Henderson, D. M., Vinther, J., Fletcher, I., Sistiaga, A., Herrera, J., & Summons, R. E. (2017). An Exceptionally Preserved Three-Dimensional Armored Dinosaur Reveals Insights into Coloration and Cretaceous Predator-Prey Dynamics. Current Biology, 27(16), 2514-2521.
¿Nuevo árbol para los dinosaurios?
Los análisis filogenéticos son propuestas, hipótesis a posteriori que se ejecutan con la evidencia disponible. Y dependiendo de esa evidencia, surgen hipótesis muy buenas o muy malas. Otras cuantas veces, surgen cosas extrañas que levantan cejas por todo el globo y tal es el caso de este puesto honorífico. Se lo llevan sin duda Baron y colaboradores por su propuesta del arrreglo del árbol evolutivo de los dinosaurios. En él proponen que Saurischia es un artificio y que en realidad, los Ornitisquios y no los Sauropodomorpha ("cuellos largos") son los parientes más cercanos de los terópodos y por consecuencia, las aves. Proponen además que los herrerasáuridos no son terópodos y que esos sí son parientes cercanos de los cuellos largos. Y bueno, para no repetir información sobre este tema complejo, te invito a leer "¿Cambia todo lo que sabíamos de los dinosaurios?". Ahí detallo paso a paso la gigantesca controversia desatada por este artículo. Pero algo sí debe saber usted querido lector, luego de un par de meses, aparecieron varios artículos revindicando el árbol familiar "viejo" de los dinosaurios. Pero el hecho de que nos hayan hecho dudar con algo tan "bien sabido", es sin duda algo que merece un puesto honorífico en esta lista.
Fuente:Baron, M. G., Norman, D. B., & Barrett, P. M. (2017). A new hypothesis of dinosaur relationships and early dinosaur evolution. Nature, 543(7646), 501-506.
Suficientemente grande, para batir récords
TITANosaurios, los lagartos titánicos. Su mero nombre evoca sensaciones de asombro y no es para menos, fueron las criaturas terrestres más grandes que existieron. El hallazgo de uno particularmente grande siempre hace su lugar en las secciones de noticias del mundo y en esta mención honorífica no está para menos mencionar al que se llevó todas las preseas este año. Nuestro protagonista es Patagotitan mayorum un dinosaurio descrito a partir de materiales colectados en el Rancho La Flecha, ubicado en la Provincia de Chubut, Argentina; en estratos pertenecientes al Cretácico temprano, al piso del Albiano, de hace aproximadamente 101 millones de años de antigüedad. Y la razón de su mención honorífica no sólo es su talla, sino que además rompe con la tradición de nombrar titanosaurios a partir de un único individuo fragmentario, que en ocasiones extremas, llega a estar sólo representado por un hueso. El titán de la Patagonia (lo que significa el nombre del género) está representado por varios colosos. Lo segundo que llama la atención es que destrona al saurópodo que siempre es mencionado como el mayor de todos, Argentinosaurus huinculensis, de 30-33 metros (estimados) de largo. Se estima que Patagotitan era mayor
Fuente:Carballido, J. L., Pol, D., Otero, A., Cerda, I. A., Salgado, L., Garrido, A. C., ... & Krause, J. M. (2017). A new giant titanosaur sheds light on body mass evolution among sauropod dinosaurs. Proc. R. Soc. B., 284(1860): 20171219.
1. Ojitos pajaritos
Hasta ahora hemos visto cangrejos y tortugas devorados (y defecados), mamíferos más marinos de lo que se pensaba, un nuevo gansosaurio, que las gastornitiformes son parientes de los pollos, que los quelicerados no surgieron con sus característicos apéndices orales, a las primeras garrapatas de dinosaurio emplumado conocidas, la preservación de sangre de ictiosaurio que se creía mamífero, a las crías desvalidas de los pterosaurios, manos más avianas y plumas más esponjosas en penaraptores, azdárquidos de cuellos cortos, la cola de tiburón de Dunkleosteus, la revindicación de los lisanfibios, al anquilosaurio más completo del mundo, la propuesta del nuevo árbol evolutivo de los dinosaurios y al dinosaurio más grande de todos los tiempos (hasta ahora). ¿Qué podría ocupar el puesto 1? Pues un artículo sorpresa que apareció justo cuando ya había hecho este top 10 y que por él, tuve que reestructurar todo.
Les cuento. Resulta que las aves modernas son de los vertebrados con la mejor visión de todos. No sólo en agudeza visual (como en algunas rapaces), sino que sus ojos poseen la capacidad de ver
La cosa es que esta magnífica visión es casi imposible de ver en los fósiles, pues para identificarla necesitaríamos que se conservaran ojos y no sólo eso, sino sus tejidos blandos y más aún ¡necesitamos ver las células especializadas! Estas son conos que poseen gotas de aceite biogénico en la punta. Todo un reto, ¿No? ¡Pues que va! Un grupo de investigación se sacó la lotería. En un fósil de ave de la Formación Jiufotang, del Cretácico temprano Aptiano, aproximadamente de una antigüedad de 120.3 millones de años, se descubrió un ave del grupo de las enantiornitas (no se especifica la especie) que es la primera en conservar el tejido de los ojos (específicamente, la retina). Y que yo sepa, este sería el primer caso de ojos preservados (en roca) de los que tengo noticia, para un vertebrado, claro y que además, posea la posibilidad de ser estudiados para analizar la visión de la especie.
Luego de examinar el tamaño y distribución de los conos y bastones, así como de las gotitas de aceite preservados permite saber el tipo de visión del ave. Esto, dado que existe una estrecha relación entre ellos y la capacidad de ver el espectro ultravioleta de la luz. Y si bien, la visión tetracromática (rojo, azul, amarillo y ultravioleta) evolucionó en los peces "agnatos", este patrón se ha modificado bastante. La mayoría de los animales nocturnos y los que descendemos de ellos tenemos una visión de color limitada y la mayoría, no podemos ver el ultravioleta, que es la parte del espectro lumínico que abunda de día. El ave fósil fue comparada con la visión del gorrión doméstico (Passer domesticus) y el cárabo uralense (Strix uralensis), que son diurno y nocturno respectivamente. Y se encontró que el ave enantiornita veía de forma muy similar a la que ven los gorriones, en otras palabras: veía el ultravioleta.
Esta es la primera vez que podemos ver de forma directa cómo es que veía un animal fósil y nos acaba de decir algo que quizá no asociemos de primera: las aves del Mesozoico eran igual de coloridas que las actuales, pues sus ojos funcionaban de forma similar. Así que cuando querramos darle una apariencia "primitiva" a un ave extinta, sabemos ahora que estaremos cometiendo perjurio paleoartístico. En realidad veían bien, muy bien. ¿Aplicará esto para dinosaurios no avianos? Esperemos averiguarlo.
Fuente:Tanaka, G., Zhou, B., Zhang, Y., Siveter, D. J., & Parker, A. R. (2017). Rods and cones in an enantiornithine bird eye from the Early Cretaceous Jehol Biota. Heliyon, 3(12), e00479.
Y con esto damos por concluido este top 10. ¿Qué te pareció? ¿Concuerdas con este? Déjame saber tu opinión en los comentarios. Hasta el próximo