Revista Salud y Bienestar

Top 10 (tristemente) célebres anestesistas. TOP 3: Dr. GUILLERMO CROIX, anestesista "de escritorio", sempiterno e intrascendente jefe de departamento de anestesia

Por Lemalpartida

El Dr. Guillermo Croix, al momento de enterarse su cese tras cincuenta años de jefatura de departamento de anestesia

I
El lugar de nacimiento del Dr. Guillermo Croix no está exactamente determinado, aunque los historiadores coinciden en que pudo ser la reservación Sioux de Toro Sentado Gran Jefe Eterno o la reserva Cherokee de Renuncia Cara-Pálida Sinvergüenza. Desde muy pequeño destacó por su proclividad a aferrarse a los distintos cargos que le asignaron, ganando tres veces el Record Guiness por ser delegado de los "Bebés Gordos Lactantes" a los ocho años de edad, secretario de los "Párvulos Usuarios de Pañales Descartables Huggies" a los quince y presidente de los "Cantantes Románticos Adolescentes" a los veintisiete.
Cuando fue designado jefe del departamento de Anestesia del Obrero's Hospital (también conocido como Al Menara, en homenaje a su fundador) quiso añadir la palabra "vitalicio" al nombre de su jefatura, hecho que fue rechazado rotundamente por el director del nosocomio.
-"El que vayas a ser nuestro tonto útil no significa que vas a estar sentado toda la vida en ese escritorio"- le dijo el director Dr. Teodorico Rocha.

El Dr Croix en su oficina, compartiendo un refrigerio delicioso con sus bellas secretarias


Pero el Dr. Croix insistió en quedarse sentado eternamente en su escritorio. Nadie recuerda haberlo visto en sala de operaciones, menos administrando anestesia y, sin embargo, era conferenciante habitual en los congresos de anestesiología (las ventajas de ser jefe en un hospital importante).
-Para exponer en congresos temas de anestesia no necesito trabajar en quirófano- manifestaba el Dr. Croix durante una tertulia de amigos. Si es tan fácil descargar bonitas presentaciones en Power Point de la internet. ¡Por favor!
Y así pasaba en su escritorio, impertérrito, los días de su jefatura el Dr. Croix. Nunca se enteraba de los problemas de los anestesiólogos ni de sus pacientes, ni de dar cátedra a los especialistas jóvenes; sólo se ocupaba de los temas de productividad en quirófano que le exigía la dirección de un hospital nacional célebre por la trascendencia de sus jefes de departamento (con la excepción de anestesiología, claro está).

El Dr. Croix (izquierda), con su proverbial amabilidad, informando las últimas nuevas al subdirector del hospital  a la vez que lo agasaja limpiando sus empolvados zapatos

II
En el Al Menara Hospital, un día se llevaba a cabo una muy compleja intervención quirúrgica practicada a un alto funcionario del gobierno (o sea, un paciente VIP). Las cosas se estaban complicando y el estado del operado se iba deteriorando rápidamente. Cirujano cardiovascular, neurocirujano y anestesiólogo luchaban denodadamente para evitar que la muerte triunfe en sala de operaciones.
La jefa de enfermeras observaba muy preocupada los acontecimientos. Pensando que la inexperiencia de esos jóvenes especialistas podía pasar factura y llevar a un desenlace fatal, decidió sugerir la presencia de los expertos jefes de departamento para que echen una mano.
-Dr. cirujano cardiovascular- pasó la voz la jefa de enfermeras. Qué tal si llamo a su jefe el Dr. Primo para que resuelva.
-Excelente idea- respondió el cirujano. Necesito a mi maestro Primo para controlar la situación.
-Dr. neurocirujano- prosiguió la enfermera. Qué tal si llamo a su jefe el Dr. Rocha para que resuelva.
-Tiene razón licenciada- respondió el neurocirujano. Necesito a mi maestro el Dr. Rocha para que controle la hemorragia.
-Dr. anestesiólogo- insistió la enfermera. Qué tal si llamo a su jefe el Dr. Guillermo Croix para que resuelva.
-¡No! ¿Está usted loca licenciada? ¡O quiere que se muera el paciente!- respondió exaltado el anestesiólogo. Mas bien llame a la interna de enfermería para que controle las funciones vitales mientras yo intento colocar el catéter venoso central.

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