La decoración es moderna, con mucha madera clara. Muy acogedora aunque es cierto que ya hemos comentado alguna vez en nuestro blog que muchos restaurantes recientes tienen a ser muy parecidos entre sí, con un estilo bastante nórdico y hipster. Eso hace que pierdan originalidad, pero desde luego, hay que reconocer que este local en concreto es bonito. Le han dado un toque diferente con un gran mural, las mesas y sillas son muy bonitas, al igual que el uniforme a rayas de los camareros.
El ambiente es bastante informal, con atractiva música de fondo, con mesas de madera sobre el que no se pone mantel. Los propios camareros advierten que los platos están pensados para compartir. Estos platos son una fusión entre la comida vasca y latinoamericana. De hecho cada mes, sacan algún plato fuera de carta fusión vasca con algún país en concreto (vasco-chileno, vasco-argentino, vasco-brasileño). Teniendo en cuenta que detrás de este restaurante está el cocinero Aduriz, los platos-tapas están más que buenos.
Además, de comida, también hay una carta de cócteles, algunos hechos con cerveza, otros sin alcohol.
El servicio, es impecable y muy adecuado para el tipo de local. En definitiva, un lugar agradable donde probar cosas nuevas sin arruinarte e idóneo para ir en pareja o con amigos. Conviene reservar con antelación y tener en cuenta que tienen dos turnos de comidas. Lo bueno es que se puede reservar desde su propia web y te confirman al momento.
Comida: 9.5Decoración: 8.5Servicio: 9Calidad/Precio: 9.5