Una de las primeras cosas que escribí en “Tercio de Varas” es que para mi el torero más grande que ha habido es Curro Romero. La torería que destilaba este artista no se la he visto a otro en mi vida ¡nunca! y tiene merito, el hombre es bajito, gordo y desgarbao, pero es un torero de la cabeza a los pies.
El pasado lunes el diario “El Mundo” elegía al Romero como anfitrión para la presentación de su “nueva” sección taurina y estuvo tan torero como siempre.
El Arte es cuestión de sentimientos, de emociones y Curro es sin duda quien más ha emocionado, siempre he pensado que para que alguien nos transmita esas sensaciones el primero que ha de estar entregado es él y con sus palabras el otro día lo confirmó “siento la nostalgia de no poder expresar mis sentimientos en el toreo” este torero en la arena era todo corazón.
De artista son estas palabras “me he ido del toreo porque no está en el reglamento lidiar el toro enteramente con el capote, de principio a fin”, “es como si le dijeras a Paco de Lucía que no tocase con su guitarra sino con otra”. Sinceramente pienso que lo más puro que hay en el toreo son los lances a la verónica, los mas sentidos y los mas difíciles de interpretar y de ejecutar. Pues bien, el Romero era un maestro a la verónica, retorcía sus muñecas en bellos lances rematados con medias eternas…. lo que soñaba este torero y por lo que parece en lo que sigue soñando, es torear un toro así de principio a fin… ¡con el corazón!
¡olé torero! Como se te echa de menos….