Reiko es una viuda todavía joven que ha perdido a su marido en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces ha sacrificado su vida dirigiendo la pequeña tienda de alimentación de su suegra. Su existencia está consagrada al trabajo, algo que considera su obligación familiar, pero el negocio se encuentra ahora amenazado por la proliferación de nuevos supermercados con cuyas ofertas no pueden competir. El otro desafío a su presuntamente equilibrada existencia es la presencia de su cuñado Koji, bastante más joven que ella y con un carácter totalmente contrapuesto al suyo, pues lleva una vida licenciosa repleta de juergas y borracheras, aunque el motivo íntimo de esa disposición ante la existencia es que está enamorado de ella. El tormento del título se justifica cuando él es capaz de declararle su amor y ella no es capaz de responder, aunque en lo íntimo sienta lo mismo. Las convenciones sociales se imponen en el camino a su felicidad: una viuda no debe casarse con su cuñado mucho más joven. Frente a su sencillez formal, Naruse nos ofrece una obra extremadamente compleja acerca del carácter japonés, de su sentido del honor y la familia. El cineasta japonés lleva esta lógica hasta sus últimas consecuencias y no tiene piedad por unos personajes cuyos sentimientos perturban el orden social establecido. Una obra cuya tragedia va cocinándose a fuego lento y cuyo final estremece al espectador.